Cuando la relación conyugal se encuentra estancada, hay que sacarla de ahí. Quedarnos inermes ante la realidad, agravará las cosas. Si logramos tener la conciencia de admitir que hay dificultades, y nos disponemos a superarlas, seguramente lo lograremos con ayuda de Dios. ¡No estamos solos en esta tarea! Evaluarnos de manera permanente, en un diálogo franco pero en el que prime el amor, traerá como consecuencia reconocer errores, las causas y la disposición de corregirlas. Esta sana costumbre nos ayuda a corregir motivos de infidelidad, quejas del uno hacia el…
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