Liderar es un reto gigantesco. Tenemos en nuestras manos y por designio de Dios, la responsabilidad de formar personas. Trasferimos conocimientos, enseñanzas y herramientas para que, a nivel familiar y con las personas con quienes interactuamos diariamente, les acompañemos para que lleguen siempre a un nuevo nivel, conforme a la voluntad del Señor. Enfaticemos en algo, y es que enfrentamos: Peligros Recompensas Debemos ser, en ese orden de ideas, muy equilibramos para inclinarnos a tomar decisiones acertadas. Nos permite concluir bien aquello para lo que fuimos llamados por el Padre.…
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