En Cristo se cumplió la promesa mesiánica sobre la encarnación de Dios. Se hizo hombre para traernos salvación (Ver Hebreos 2:9-18) Lea el texto con detenimiento. Si debe hacerlo, no dude en que sea una y otra vez hasta que tenga una plena comprensión de su contenido y lo haga vivencial en usted. La Palabra específicamente señala:
Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos. Porque convenía a aquel por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten, que habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al autor de la salvación de ellos.» (Hebreos 2:9, 10)
Queda claro que Jesús es eterno. Gracias a esa “eternidad” es que pudo ofrecerse en sacrificio por todo el género humano. Su expiación nos abrió las puertas a todos nosotros, algo sobre lo que debemos hacer particular énfasis.
Como consecuencia de que Dios se hizo hombre, enfrentó, en esa condición, tentaciones, pero venció. Y con su sacrificio nos acercó al trono de gracia, como lo leemos en las Escrituras:
Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.»(Hebreos 4:14-16| RV 60)
Cabe recordar que en el Nuevo Testamento la tentación está asociada con las pruebas y no en el contexto en el que generalmente lo conocemos, solamente como un puente tendido al pecado.
Nuestro amado Salvador tuvo compasión por la situación de maldad y de inevitable condena a muerte en la que nos encontrábamos fruto de una inclinación pecaminosa.
Con base en textos como Juan 10:30-39; Filipenses 2:1-11y Hebreos 2:9-18, podemos concluir que los escritores del Nuevo Testamento creyeron que el eterno Hijo de Dios tomó para sí una naturaleza humana, vivió una vida auténtica durante su ministerio terrenal y en ningún momento dejó de ser Él mismo, es decir, Hijo de Dios, con una naturaleza divina. No abandonó los atributos que le asistían desde antes que todo fuera creado.
UN DESARROLLO NORMAL
Dios se hizo hombre para traernos salvación. Es algo en lo que enfatizamos porque debe quedarnos muy claro. Es un hecho fundamentado en las Escrituras que no podemos desconocer.
No obstante lo anterior, en su desarrollo humano, descubrimos:
- Jesús experimentó una niñez y adolescencia _______________________ (Lucas 2:40)
- Desde su temprana infancia, Jesús tuvo evidente inclinación por ________________________ (Lucas 2:41-51)
- Jesús se _______________________ a sus padres terrenales (Lucas 2:51)
- Jesús creía en _______________________ y _______________________ para con Dios y con los hombres (Lucas 2:52)
Estos pasajes muestran un desarrollo precoz aunque sano y normal en el Salvador. Esto incluye, por supuesto, su evolución intelectual y en conocimientos.
El Señor Jesús pasó conscientemente por su desarrollo humano, y por una decisión tomada desde antes de los tiempos, experimentó todas las etapas normales que experimenta un hombre.
Lo invitamos a considerar el texto de Mateo 12:22-30. ¿Qué deja entrever Cristo Jesús respecto a su naturaleza humana? Por favor, explique:
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Otro pasaje revelador se encuentra en Juan 5:19, 29. ¿Qué conclusiones podemos sacar en torno a la naturaleza del Salvador?
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Las personas de la época se identificaban con Jesús. Lo sentían cercano a ellos. Igual ocurre con nosotros hoy. Ocurre por nuestra condición humana. Nos resulta más fácil tratar de explicar a Dios hecho hombre, que tener un nivel de comprensión alrededor de un Dios netamente espiritual, abstracto.
LA PSICOLOGÍA DE CRISTO
Insistimos: Jesús es Dios hecho hombre. Sólo mirándolo desde esa perspectiva podemos explicar que se asombrara de la incredulidad de las personas (Marcos 6:6), pero también, que expresara admiración por la fe del centurión romano (Mateo 8:10; cf. Lucas 7:9)
Podemos apreciar en la vida de Jesucristo a alguien con sentimientos. Ahora, no solo fue durante su tránsito terrenal. También en nuestros días. Dios siente, se duele, se entristece, se goza. No ha cambiado, aunque es necesario aclarar que sus sentimientos son puros. Son atributos divinos que se mantienen desde la eternidad.
LA RESURRECCIÓN, LA GRAN DIFERENCIA
Lo que diferenció a nuestro Salvador de una persona del común, fue el hecho de haber muerto y resucitado. Es una realidad histórica documentada por los evangelistas, y que podemos leer, entre otros pasajes, en Lucas 23:50-56 y 24:1-12.
Por favor, tómese el tiempo para leer estas dos porciones de la Palabra y elabore sus propias conclusiones.
A continuación lea Hechos 1:1-3. ¿Qué aprendemos en el texto sobre la resurrección del Señor Jesucristo?
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De acuerdo con las Escrituras, ¿qué ocurre con usted y conmigo cuando somos bautizados? (Romanos 6:4)
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La muerte y resurrección de Cristo es el milagro mismo de la gracia. Se nos imparte una nueva vida espiritual por la fe en Él. Humanamente no lo podemos explicar, pero lo que ocurre y lo que apreciamos desde la óptica espiritual, es maravilloso.
En tanto nos encontramos en la próxima Lección del Curso de Doctrina de Cristo, le animamos a meditar en este hecho.
RESPUESTAS A LA LECCIÓN Nro. 02
A continuación, encontrará las palabras o frases que requiere para llenar los espacios en blanco que aparecen en la Lección de hoy:
1.- Normales
2.- Asuntos del Padre
3.- Sujetaba
4.- Sabiduría y Gracia
© Fernando Alexis Jiménez – Entrenador del Instituto Bíblico Ministerial de la Misión Edificando Familias Sólidas.
