Ejercer el liderazgo familiar, una meta para su vida (Introducción)

Liderazgo familiar

¿Por qué las familias están experimentando uno de los peores momentos de la historia de la humanidad? Porque la familia, como institución, atraviesa una profunda crisis. ¿Qué produce este fenómeno social? La ausencia de Dios en el hogar. Y más aún, en quienes ejercen el liderazgo.

Un esposo educado sin principios ni valores, una esposa que desconoce la cimentación para una sana convivencia, y unos hijos que se levantan en medio del caos, se convierten en el caldo de cultivo para el resquebrajamiento familiar.

El rey David escribió hace muchos siglos una enseñanza que cobra particular vigencia en nuestros días:

Si el Señor no construye la casa, el trabajo de los constructores es una pérdida de tiempo. Si el Señor no protege la ciudad, protegerla con guardias no sirve para nada. Es inútil que te esfuerces tanto, desde la mañana temprano hasta tarde en la noche, y te preocupes por conseguir alimento; porque Dios da descanso a sus amados.” (Salmo 127:1, 2. NTV)

Quien debe ocupar el primer lugar en nuestra relación matrimonial y con los hijos, es Dios.

Cuando es el centro de la familia, construimos día a día sobre bases firmes, y aun cuando se produzcan situaciones críticas, nos mantendremos seguros, sin declinar, porque el Señor nos ofrece fortaleza y victoria.

DESCUBRA CÓMO EJERCER EL LIDERAZGO FAMILIAR

Si usted es alguien que se está preparando para ejercer el ministerio cristiano o ya está inmerso en la obra, encontrará apasionante el Curso de LIDERAZGO FAMILIAR.

Toma como base una instrucción que compartió en el primer siglo el apóstol Pablo que hallamos en 1 Timoteo 3:1-7. Por favor, léalo y compártanos cuáles son los requisitos que enumera:

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En cuanto al liderazgo familiar, ¿qué enfatizan las Escrituras que debemos hacer, de acuerdo con 1 Timoteo 3:8-13. Escríbalas a continuación:

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La ineficacia en el ministro cristiano, sea cual fuere la tarea que desarrolle, estriba en la carencia de fundamentos, algunos de los cuales compartimos con usted a continuación:

  • Una vida de testimonio
  • Fidelidad conyugal y familiar
  • Sabiduría en el manejo de todos sus asuntos.
  • Gobernar bien el hogar.
  • Disposición para aprender.

Ser buenos esposos y padres no se aprende en la universidad.  Allí nos imparten herramientas para el desenvolvimiento profesional, dependiendo de la disciplina académica por la que nos hayamos inclinado. Sin embargo, ser los cónyuges y progenitores apropiados, es un proceso en el que vamos aprendiendo progresivamente.

Y si usted y yo nos preparamos para ser útiles en la extensión del Reino de Dios, el asunto puede ser más complicado.

LA MEJOR MANERA DE APRENDER

Muchas personas han logrado cierta experiencia a partir de errores—lo cual resulta traumático y doloroso para todos en casa–, y hay quienes han seguido esa misma ruta pero con pautas centradas en la Biblia, y en oración, procurando la sabiduría divina para tomar las decisiones adecuadas en el momento oportuno.

¿Dificultades? Todos las hemos tenido. ¿Momentos de frustración? No encuentro la primera persona que no las haya enfrentado a su paso, al interior de la familia.

¿Qué hacer, entonces? Volver la mirada a Dios y pedir que nos oriente en cada nuevo paso.

En esa dirección cabe recordar lo que enseñó el salmista David:

El Señor dirige los pasos de los justos; se deleita en cada detalle de su vida. Aunque tropiecen, nunca caerán, porque el Señor los sostiene de la mano.” (Salmo 37:23, 24. NTV)

¿Hay salida a la encrucijada en la que se convierte la relación familiar?  ¿Puede un líder cristiano acompasar su ejercicio ministerial con un adecuado liderazgo familiar? Definitivamente, sí. Lograrlo es posible si permitimos que Dios tome las riendas de nuestros pensamientos y acciones. Ese es el principio del cambio y el comienzo del maravillo viaje hacia el crecimiento permanente.

LIDERAZGO FAMILIAR CON AYUDA DE DIOS

Servir a Dios constituye un enorme privilegio. Contribuir a la extensión del Reino de Dios, es uno de los desafíos más alentadores que podemos asumir en nuestra vida.

Sumado a esto se encuentra un ingrediente esencial: que sepamos ejercer un adecuado liderazgo familiar. No es fácil porque, además de ir asimilando conocimientos para servir con altos estándares de excelencia y consagración en la obra, se debe comenzar por liderar en nuestro círculo de mayor influencia: el hogar.

¡Bienvenido a un Curso que impactará su vida en todos los órdenes! La clave aquí es la dependencia del Señor Jesucristo. Él nos guiará en cada paso. Jamás pierda de vista el hecho de que llegar hasta el final, demandará su perseverancia. No solo podrá lograrlo, sino que, además, sacará el mayor provecho de este proceso formativo.

© Fernando Alexis Jiménez

Instituto Bíblico Ministerial

Misión Edificando Familias Sólidas (Colombia)

 

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