Usted dio sus primeros pasos hacia la plantación y estructuración de un Grupo Familiar o Grupo de Estudio Bíblico.
Las estrategias son importantes pero lo esencial es que en su vida y desenvolvimiento ministerial haya un estrecho contacto con Dios mediante la oración, y además, acompañe la vocación con el estudio sistemático de las Escrituras y el testimonio cristiano.
Tres elementos que entrelazados traerán éxito a su labor como heraldo del evangelio transformador de Jesucristo.
Propósitos de una Célula
Hay algunos aspectos que vale la pena recordar. El primero, que el objetivo de todo Grupo Familiar o Grupo de Estudio Bíblico es:
a.- Ganar almas para el Reino de Dios.
b.- Edificar a los nuevos creyentes.
c.- Enviar a quienes ya recibieron formación.
Lograr este propósito es posible cuando en su desempeño se evidencien el compromiso, la responsabilidad, la sujeción a sus líderes y la disposición de trabajar en la proclamación del evangelio desde los grupos.
¿Cómo hacerlo? Mediante una visión clara de en qué consisten y para qué se plantan los Grupos. En tanto hayan interrogantes en torno a este sistema de trabajo, se enfrentarán falencias y el servicio no será lo eficaz que se pretende.
Unas recomendaciones finales
Es importante que conforme vaya creciendo en Cristo el nuevo creyente, le delegue responsabilidades tales como recibir a los invitados, colaborar en mantener bien presentado el lugar de reunión e incluso, visitar a personas que necesitan oración por su estado de animo o quizá sanidad.
Estas primeras “oportunidades de trabajo” estimularán a los nuevos creyentes.
El líder deberá constituirse en el modelo y ejemplo para quienes conocen al Señor Jesús y comienzan a crecer en la vida cristiana.
En lo posible es aconsejable enseñar a los convertidos sobre la importancia de mantener una buena relación con Dios a través de la oración, enseñarles cómo se realiza un devocional y, además, la memorización de algunos versículos.
Contacto con la concurrencia
Con el propósito de mantener una relación constante con los creyentes es recomendable que al menos una vez por mes tome un tiempo, bien sea de domingo o quizá viernes o sábado en la noche para tener un diálogo sobre cómo ven en el grupo, escuchar sugerencias, apreciar una buena película cristiana y también, orar. Este tipo de encuentros deben tener un carácter informal.
Aspectos financieros
Respecto a una pregunta común sobre si se deben o no recoger ofrendas, hay varias perspectivas.
La que manejamos se orienta a que sí se pueden tomar ofrendas, explicando a los visitantes que no están obligados a hacer ningún aporte. Conforme pasa el tiempo, ellos se sumarán a esta tarea de contribuir a la obra de Jesucristo.
¿Y los diezmos? Para tal fin se puede ubicar un “alfolí” o cofre cerrado con llave que solo podrán abrir dos o tres personas seleccionadas por el liderazgo para que, en representación de la comunidad de creyentes, tengan el manejo de las finanzas y reporten a la congregación cuánto se recogió cada semana.
El centro del mensaje es Jesucristo
Cuando se comparte el mensaje en la Célula o Grupo de Estudio Bíblico se tiene como base el mensaje transformador del evangelio. Esa es la esencia porque constituye la base fundamental para la vida y crecimiento del nuevo creyente.
El líder debe comprender que el grupo es sólo un punto de contacto para llevar a los convertidos a la congregación en un tiempo futuro; que se forman cristianos para que ellos a su vez ayuden a formar a otras personas; que el evangelio debe ser presentado de una manera sencilla y clara, exenta de todo vocabulario teológico y que no se trata de replicar cultos en las casa.
¿Cuándo una persona puede ser asignada al liderazgo? Cuando haya recibido formación, testimonie vida cristiana y además, haya asistido como mínimo seis meses a un Grupo Familiar o Grupo de Estudio Bíblico con el propósito de que entienda y asimile cómo es su manejo.
Ahora que hemos compartido estas pautas, solo resta ponernos a trabajar…
Mi oración es que Dios acompañe cuando cumplimos la Gran Comisión que nos hizo el Señor Jesucristo:
“…Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado. Y yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:18-20).
Nos asiste la firme convicción de que usted, prendido de la mano del Señor Jesús, desarrollará una excelente labor en la plantación de Células Familiares o Grupos de Estudio Bíblico.
Recuerde siempre que, quien va delante de nosotros, es Jesucristo. Él nos asegura la victoria siempre.