Cuando hablamos de misiones, necesariamente debemos circunscribirnos a un hecho: dependen esencialmente del poder sobrenatural de Dios. No de nuestras capacidades ni de la experiencia acumulada. Contrario, por supuesto, a lo que ocurre en el mundo, en donde todo se fundamenta en la habilidad y el conocimiento.
Los líderes son hombres y mujeres que desarrollan intimidad con el Señor y no necesariamente dependen de la habilidad, experiencia y educación, como ocurre en las actividades seculares.
¿A qué se le da énfasis al liderazgo convencional, si quisiéramos asumirlo para la realización de misiones?
En el mundo se privilegia:
- Disponibilidad de recursos económicos.
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Cuando tenemos claro que las misiones buscan honrar a Dios de tal manera que estén en consonancia con sus planes eternos, el enfoque es diametralmente opuesto.
En el ministerio cristiano se tienen en cuenta doce pilares:
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Quizá estemos inmersos en las misiones. Nos asiste el mejor interés; pero, no basta únicamente con las buenas intenciones. Es necesario que nuestra apreciación cambie y reconozcamos que no es para nosotros sino para nuestro Supremo Hacedor que hacemos las cosas. Él nos guía hacia la dirección en que debemos movernos.
UNA AUTO EVALUACIÓN DE SU VIDA Y MINISTERIO
Ahora bien, ¿siente que ha sido llamado a las misiones? Si es así, le animamos a realizarse un auto examen con fundamento en las Escrituras. Califíquese cómo se encuentra, tomando como el nivel más bajo el número 1 y como el más alto, el número 10. Responda al interrogante sobre cómo cuidamos o administramos…
___ La creación de Dios – Génesis 1:26-28
___ L misterios de Dios – 1 Corintios 4:1
___ El mensaje del Evangelio – 1 Tesalonicenses 2:4
___ Los dones espirituales – 1 Pedro 4:10
___ El perdón – Mateo 6:12; 18:21-22
___ El amor – 1 Juan 4:7-8
___ La mente – Filipenses 4:8
___ El poder – Hechos 1:8
___ El tiempo – Efesios 5:15-16
___ El punto de vista – 1 Samuel 16:7
___ La actitud – Filipenses 2:2
___ La fe – Santiago 2:14-17
___ El dinero – 2 Corintios 9:6-11
___ La alabanza – Hebreos 12:15-16
___ El ministerio – Gálatas 6:2
___ El cuerpo – Romanos 12:1
___ El carácter – Tito 1:7-9
___ La familia – 1 Timoteo 3:4-5, 12; 5:8
Haga esa evaluación de manera cuidadosa. No se apresure. Recuerde que, a partir de los resultados, encontrará aspectos que debe corregir en su vida personal, familiar, ministerial y social en general. Es lo que debe hacer un buen candidato a las misiones.
¿METAS HUMANAS O EN LA VOLUNTAD DE DIOS?
Un principio de la planificación señala que toda meta debe reunir tres ingredientes fundamentales: ser concreta, específica y medible para empezar. Hasta allí, todo muy bien, pero si lo fuéramos a cuantificar humanamente. Sin embargo, como el trabajo que hacemos es para Dios y depende de Él, las metas debemos someterlas en Sus manos.
En este punto le invitamos a leer Salmo 37:4, 5. Por favor, medite en el texto. Si nuestra labor es planear misiones, qué debemos tener en cuenta:
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Si contamos con su divino aval, el asunto es distinto porque Dios da la visión, la provisión y la bendición. Tres elementos que, conjugados, nos llevan a la victoria plena en todo cuanto hacemos.
Sobre esa base, deberíamos preguntarnos:
- ¿Qué tipo de misiones estamos en capacidad de desarrollar?
- ¿De cuánto personal comprometido con Dios disponemos?
- ¿Cuál es el grado de preparación que han recibido?
- ¿Tenemos claridad hacia dónde enviarlos y para qué?
- ¿Ha confirmado Dios ese propósito misionero?
- ¿Hemos elaborado un presupuesto para financiar ese proyecto misionero?
- ¿Cuál es la línea de tiempo durante la cual podemos realizar la iniciativa?
De la mano con lo anterior, debemos ser lo más aterrizado posible y tener en cuenta que, si deseamos en verdad impulsar las misiones, este propósito no puede obedecer solamente a nuestras emociones sino a algo real.
En esa dirección, defina prioridades. Eso le ayudará a enfocarse en lo realmente importante del trabajo a realizar.
PLANEAR ES MUY IMPORTANTE
Las misiones al igual que todo cuanto hacemos para el Reino, debe tener la dirección de Dios y una planeación adecuada.
Compartimos con usted ejemplos bíblicos interesantes:
- En Génesis capítulos 1-3, Dios planeó toda la creación, hizo planes para el hombre y reveló Su plan para la salvación.
- Noé hizo planes para construir el arca: Génesis 6.
- Abraham estableció objetivos para su siervo Eleazar: Génesis 24.
- José planeó durante los años de hambre: Génesis 41.
- Moisés recibió un plan para librar a Israel de la esclavitud: Éxodo 3-6.
- El plan para el tabernáculo fue realmente detallado: Éxodo 24:12-40:38.
- En el libro de Números, nosotros vemos los planes para contar a las personas (1:1-54) y el arreglo del campamento (2:1-34).
- Josué hizo planes detallados para llevar a Israel a conquistar y dividir la tierra prometida: el libro de Josué.
- En el libro de Jueces, vemos numerosos planes de liberación que Dios ejecutó.
- Rut siguió el plan de Noemí con respecto a Booz: el libro de Rut.
- David se preparó para matar al gigante: 1 Samuel 17.
- El Rey Ezequías preparó un plan para unificar Israel. Él también hizo planes para reparar el templo y construir un sistema de agua para
- Jerusalén: 2 Crónicas 28-31; 2 Reyes 16-20.
- Nehemías hizo planes para reconstruir el muro: el libro de Nehemías.
- Los profetas del Antiguo Testamento revelaron los planes de Dios para las naciones.
Como podrá apreciar, en la obra de Dios nada obedece a la improvisación porque nuestro amado Hacedor es un Dios de orden.
Le invitamos a leer el libro de Proverbios, específicamente los siguientes pasajes: 13:16; 14:8; 15:22; 16:3,9; 24:3-4 y 29:18. ¿Qué nos enseñan en cuanto a planear lo que hacemos?
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¿Qué papel juegan en el plan de Dios quienes disponen su corazón para Él, en este caso particular, para desarrollar las misiones?
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La planificación que realicemos debe estar guiada por el Espíritu Santo. No hay necesidad de tomar atajos que nos lleven a la frustración.
La dirección que proviene del Creador, nos llevará siempre a puerto seguro.
Cabe aclarar aquí que el propósito nos inspira, pero los objetivos nos empujan adelante para lograr la visión. Se requiere una gran dosis de fe, pero también decisión y perseverancia. Es lo que demanda ser misionero.
Lea el libro de los Hechos 9:15 y 26:15-18. ¿A quiénes tenía pensado dirigir el apóstol Pablo—el misionero por excelencia—su trabajo? Compártanos sus apreciaciones:
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FLEXIBILIDAD EN LOS PLANES MISIONEROS
Partamos de la base que hemos sometido los planes de carácter misionero a Dios y que estamos avanzando. ¿Podría soplar el viento en otra dirección? Por supuesto que sí, y debemos ser flexibles a la voz del Señor. Él sabe a dónde dirigirnos en cada nueva etapa.
Es aquí donde debemos recordar que planear es un proceso dirigido por el Espíritu Santo. El Apóstol Pablo hizo planes para ir a Asia en un cierto momento, pero el Espíritu le reveló que no era el tiempo apropiado. Pablo ajustó su plan y fue después (Hechos 16:6).
Pese al aparente retraso, el Señor cumplió su plan eterno. Es de Él de quien debemos depender en todo momento.
Cuando usted y yo caminamos prendidos de la mano del Señor Jesús, el ministerio cobra una nueva dimensión y podemos, ver su gloria, y de paso, ser eficaces en nuestras tareas. Y, por supuesto, las misiones no son una excepción.
RESPUESTAS A LA LECCIÓN Nro. 10
A continuación, encontrará las palabras o frases que requiere para llenar los espacios en blanco que aparecen en la Lección de hoy:
En el mundo se privilegia:
– Profesionalismo
– Normatividad
– Habilidades
– Personalidad
– Voluntad Propia
– Competición
En el ministerio cristiano se tiene en cuenta:
– Oración
– Fe
– Unción
– Amor
– Carácter
– Condición Espiritual
– Compromiso
– Orientación
– Relaciones
– Cooperación
– Obediencia
– La Palabra de Dios
© Fernando Alexis Jiménez – Entrenador del Instituto Bíblico Ministerial de la Misión Edificando Familias Sólidas (Colombia).