¿Se puede pecar contra el Espíritu Santo? (Lección 10)

Los cristianos contristamos y apagamos el Espíritu Santo.

Partimos de la base que el Espíritu Santo mora en nuestro ser gracias a la obra redentora del Señor Jesucristo. Ahora bien, es necesario despejar un interrogante: ¿Se puede pecar contra Él? Se trata de un asunto que despierta controversia. Hay quienes dicen que sí, pero por supuesto, quienes afirman que no.

Nuestra meta en la Lección de hoy es encontrar una respuesta fundamentada en las Escrituras.

Las primeras conforntaciones las descubrimos en el ministerio terrenal del Señor Jesús, particularmente cuando inició la sanidad de los enfermos. No era uno ni dos, eran multitudes.

Le invitamos a leer Mateo 9:32-34, Lucas 11:14-32 y Marcos 3:22-30. ¿A qué conclusiones podemos llegar?

Un texto que amerita particular énfasis, se encuentra en el evangelio de Mateo:

Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada. A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero.”(Mateo 12:31, 32| RV 60)

Los líderes religiosos de la época no encontraban una razón para que se produjeran los milagros y sanidades. Dentro de su lógica, sencillamente no podía ser. De ahí que atribuyeran tales prodigios a las fuerzas del mal.

Ahora bien, la naturaleza del pecado contra el Espíritu Santo tiene tres características:

1.- El pecado estaba dirigido contra el ________________ (Mateo 12: 31, 32)

La acusación no era solamente contra Cristo sino contra el Espíritu. Desconocían sin justificación alguna, que el Espíritu obra con poder y que desde el Antiguo Testamento, por Su intermedio, Dios había utilizado instrumentos humanos para manfiestar su gloria. Los religiosos preferían atribuir todo aquello a las tinieblas antes que a la luz. Cristo les advirtió sobre el peligro que corrían con su actitud.

2.- El pecado contra el Espíritu Santo lo determinó una ________________

Hablar contra el Espíritu Santo no era solamente cuestión de pecar con la lengua. No se trataba de una simple blasfemia. Sus palabras revelaban lo que guardaban sus corazones. Mostraban su condición perversa.

El teólogo cristiano, Charles C. Ryrie escribe lo siguiente:

no solo es posible demostrar la perversidad del almaal rechazar el poder de Dios hoy día, sino que efectivamente así ocurre todos los días. En los tiempos de Jesús el pecado imperdonable consistía en atribuir a satanás las obras del Espíritu de Dios, y rechazar las evidencias de su poder. En cualquier época es también un pecado imperdonable.”

3.- Era una ________________ para el alma

El rechazo al obrar del Espíritu santo evidenciaba un corazón endurecido y no recibe perdón, no porque Dios retire su gracia, sino porque el hombre se retira de todo contacto posible con Dios.

NO SE PASA POR ALTO LA BLASFEMIA

En una sociedad secularizada como la nuestra, blasfemar contra el Espíritu Santo –algo que está asociado a una actitud pecaminosa–, se ha tornado más común de lo que imaginamos. De hecho, algunas organizaciones e iglesias que se auto proclaman como cristianas, incurren en esta práctica aunque tratan de justificar sus planteamientos con versículos bíblicos sacados de su contexto.

El Dr. Billy Graham dijo en cierta ocasión:

De todos los pecados que los hombres pueden cometer contra el Espíritu Santo, ninguno es peor que el blasfemar contra Él. La razón es evidente: es el único pecado para el cual no hay perdón.”  (Billy Graham, El Espíritu Santo (El Paso, TX: Casa Bautista De Publicaciones, 2001), 135–143.)

Todos los otros pecados contra el Espíritu Santo son cometidos por creyentes. Podemos arrepentirnos de ellos, ser perdonados y empezar de nuevo.

No ocurre lo mismo al blasfemar contra el Espíritu. Ahora, hay que hacer claridad en el siguiente aspecto. Los pecados contra el Espíritu Santo son cometidos por creyentes, aquellos que no son ajenos a la obra poderosa de Jesucristo. O que quizá han tergiversado el camino.

Por el contrario, podríamos decir que en la blasfemia incurren principalmente aquellos que no conocen a Cristo. Y como tal, no conocen de las cosas de Dios.

En el Antiguo Testamento descubrimos que algunos resistieron, difamaron, persiguieron y ridiculizaron a los profetas. Y puesto que los profetas estaban inspirados por el Espíritu, esta gente en realidad resistía al Espíritu.

El pecado localizado en los corazones de gentes irredentas hará que siempre resistan al Espíritu Santo. La carne y las mentes malvadas siempre se levantarán contra él.

Cuando las personas actúan de esta manera, no recibirán la palabra de Dios en toda su potencia a menos que el Espíritu Santo logre victoria sobre ellas.

Resistir al Espíritu es un pecado cometido  por los incrédulos que, de prolongarse indefinidamente, lleva a la condenación eterna. Sólo resta el juicio para aquellos que así resisten al Espíritu.

La única manera en que un pecador puede ser perdonado por resistir al Espíritu Santo es dejando de resistirlo y entregándose a Jesucristo, de quien testifica el Espíritu. Solamente así tiene esperanza, si se arrepiente de inmediato y permite al Espíritu que obre en su corazón.

El arrepentimiento, en todos los casos, es fundamental. Acogernos a la misericordia de Dios como leemos en la Palabra:

Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones. Como el padre se compadece de los hijos, se compadece Jehová de los que le temen. Porque él conoce nuestra condición; se acuerda de que somos polvo.» (Salmos 103:12-14 | RV 60)

Probablemente conozca a alguien que ha pecado o quizá blasfemado deliberadamente contra el Espíritu Santo. Compártale el hecho de que hay esperanza y está en acogerse a la gracia perdonadora de nuestro amado Padre celestial.

CUÍDESE DE CONTRISTAR O APAGAR AL ESPÍRITU SANTO

Los creyentes pueden incurrir en dos pecados de los que deben cuidarse. Uno de ellos consiste en contristar al Espíritu y, el otro, en apagar al Espíritu.

Son términos inclusivos pues casi todas nuestras malas acciones pueden estar contenidas en uno de esos dos pecados.

En primer lugar, veamos el pecado de contristar al Espíritu. Pablo nos advierte y nos dice:

Y no entristezcáis al Espíritu Santo de Dios, por el cual fuisteis sellados para el día de la redención.»(Efesios 4:30| LBdLA)

Esto significa que somos cristianos y continuamos siéndolo. De modo que no está hablando de juicio en el sentido de que cuanto hagamos aquí nos separará del amor de Dios e iremos a parar al infierno. Más bien nos habla de cosas que hacemos que son inconsistentes con la naturaleza del Espíritu Santo y de esa manera lastiman su corazón y lo hieren en su esencia. Por las cosas que hacemos podemos causarle dolor al Espíritu.

¿Qué es contristar? El término está estrechamente relacionado con apesadumbrar. En otras palabras, es lastimar o enfadar a quienes, en este caso Dios, siente amor por todos nosotros.

¿APAGAR EL ESPÍRITU SANTO EN NUESTRAS VIDAS?

Con frecuencia muchos cristianos aseguran que si ya estamos sellados por el Espíritu Santo no podríamos apagarlo. Están equivocados. Así como se le puede contristar, se puede apagar su mover en nuestras vidas.

Por favor lea el Salmo 51:11. ¿A qué conclusión puede llegar tras leer el texto bíblico?

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Es posible que los hombres perdamos la sensación de la presencia del Espíritu Santo en nosotros. Puede darse cuando progresivamente hemos vuelto a una situación pecaminosa o nos hemos distanciado del Señor.

¿Se va el Espíritu Santo? Con Él hemos sido sellados (Lea Efesios 1:13, 14) No obstante, sí lo apagamos.

Si lo contristamos, se produce una ausencia de gozo y de poder en nuestras vidas que no se restablece a menos que confesemos y renunciemos a nuestro pecado. Cuando hemos apagado su mover en nosotros, nos embarga una profunda sensación de vacío.

Si hay pecado, que afecta nuestra relación con el Espíritu Santo, ¿por qué deberíamos confesarlo? Encontrará la respuesta en el Salmo 32:3-7:

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Cuando nos entregamos totalmente cada momento de todos los días a Jesucristo como Señor, el poder del Espíritu Santo que obra milagros en nuestras vidas será abrumador. Een la rendición a Cristo donde yace el secreto de la pureza, de la paz y del poder.

Le invitamos a considerar, en su condición de estudiante, cómo anda su vida espiritual. ¿Honra a Dios y por ende al Espíritu Santo? Sin duda no le caería mal repasar una y otra vez la Lección de hoy, no solo para enriquecer sus conocimientos sino para que experimente crecimiento en todas las áreas de su vida.


RESPUESTAS A LA LECCIÓN Nro. 10


A continuación, encontrará las palabras o frases que requiere para llenar los espacios en blanco que aparecen en la Lección de hoy:

1.- Espíritu Santo

2.- Situación especial

3.- Condenación


© Fernando Alexis Jiménez – Entrenador del Instituto Bíblico Ministerial de la Misión Edificando Familias Sólidas.


 

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