7 verdades que quizá desconoce sobre la justificación de Dios

Desconocemos cuánto haya pecado usted. Lo que sí podemos asegurarle es que, con ayuda de Dios, hoy puede emprender una nueva vida. Es por la gracia divina. Usted debe apropiarse de ella por fe.

Por muchos esfuerzos que hagamos y la voluntad que nos asista cada mañana por ser buenas personas, jamás seremos justificados delante del Padre. ¿Por qué motivo? Porque nos acompañan los pecados que están ligados a nuestra naturaleza y nos impiden—en nuestras propias fuerzas—agradar a Dios.

Dios nos ama, por eso nos perdona. Esa es la manifestación de Su gracia ilimitada. Aunque merecemos la condenación eterna, Jesús murió en la cruz por todos nosotros. Llevó sobre su cuerpo todo el peso de nuestra maldad.

Pese a que fallamos, el Padre nos sigue amando, como escribió el apóstol Pablo:

“¡De ninguna manera! Dios es siempre veraz, aunque todo hombre sea mentiroso” (Romanos 3: 4 | RVC)

El amor de Dios nos llama a ser diferentes cada día. Al saber que nos perdona y ofrece una oportunidad para comenzar de nuevo, tenemos aliento para crecer, paso a paso, en consonancia con Su voluntad. No es en nuestras fuerzas, sino con Su divina ayuda.

7 PRINCIPIOS SOBRE LA JUSTIFICACIÓN DE DIOS

Al leer el capítulo 3 de la carta del apóstol Pablo a los Romanos, aprendemos que Dios nos hace justos en Su presencia. No por nuestras buenas obras, sino por Su amor, que se materializó con la muerte del Señor Jesús en la cruz.

En esa dirección aprendemos:

1.- Dios es justo y si nos llega a juzgar, lo hace con justicia. No se estaría equivocando.

2.- Dios nos hace justos por Su gracia. Limpia nuestros pecados y nos presenta delante de sí, sin mancha. No podemos ni debemos abusar de Su gracia.

3.- Solamente Dios es justo. No hay nadie justo. Nuestra inclinación es a pecar y alejarnos del Señor.

4.- Pese a que somos pecadores y merecemos la muerte, Dios nos hace justos.

5.- Aunque fallamos, Dios nos sigue amando y nos extiende Su gracia.

6.- Recibimos justificación delante de Dios por fe. Él no nos obliga a aceptar Su gracia perdonadora.

7.- La gracia de Dios es para todos, sin distingo alguno.

Desconocemos cuánto haya pecado usted. Lo que sí podemos asegurarle es que, con ayuda de Dios, hoy puede emprender una nueva vida. Es por la gracia divina. Usted debe apropiarse de ella por fe.

EL SEÑOR JESÚS HIZO POSIBLE NUESTRA SALVACIÓN

El camino hacia el que avanza todo ser humano, es a la condenación eterna. Quien nos libra de la perdición es Jesús. Él se sacrificó en la cruz por todos nosotros y pagó el precio; nos abrió las puertas para ser salvos.

En la carta a los Romanos leemos la explicación de Pablo:

“La justicia de Dios, por medio de la fe en Jesucristo, es para todos los que creen en él. Pues no hay diferencia alguna, por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios; pero son justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que proveyó Cristo Jesús, a quien Dios puso como sacrificio de expiación por medio de la fe en su sangre. Esto lo hizo Dios para manifestar su justicia, pues en su paciencia ha pasado por alto los pecados pasados, para manifestar su justicia en este tiempo, a fin de que él sea el justo y, al mismo tiempo, el que justifica al que tiene fe en Jesús.” (Romanos 3: 22-26 | RVC)

Le animamos a emprender hoy una nueva vida. Aprópiese de la gracia divina. Ábrale las puertas de su corazón a Jesucristo.


© Fernando Alexis Jiménez

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