Los creyentes en el Señor Jesús esperamos su regreso en gloria. Vendrá por Su iglesia. No por una denominación en particular, sino por su iglesia, que la componemos usted y yo y cuantos en el mundo son seguidores comprometidos del Hijo de Dios, redimidos por su sangre. Es una esperanza que nos asiste, y alrededor de la cual consagramos nuestra existencia, y proclamamos las Buenas Nuevas de salvación.
Él prometió regresar por nosotros. Lo leemos en las Escrituras. Nos anima cuando nos dice:
“No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.” (Juan 14:1-3)
Usted debe tomar conciencia de esta verdad ineludible. Reflexione, ¿qué dice la Palabra que ocurrirá en los postreros días? Busque en la Biblia Lucas 21:27 y Hechos 1:10, 11. Escriba su conclusión:
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Infinidad de personas pasan por alto esta realidad y viven conforme a la carne, satisfaciendo sus propios deseos. Es evidente que, en el momento decisivo, deberán asumir las consecuencias de su insensatez.
PREPARADOS EN TODO TIEMPO
Sinnúmero de registros bíblicos hablan del regreso de Jesús el Señor por la iglesia. No obstante, en estos últimos tiempos se ha privilegiado más la teología de la prosperidad, de la superación, del liderazgo, de la motivación y otros temas que, progresivamente, alejan a los creyentes de las enseñanzas fundamentales.
El apóstol Pedro escribe en su segunda epístola, capítulo 3, versículos 3 y 4, que en los últimos días se darán las siguientes características:
- Habrá quienes se burlan de la verdad sobre la venida de Jesús el Señor.
- Dudarán de la promesa de Su regreso en gloria por la Iglesia.
- Tales personas caminarán en sus propias pasiones.
- Estarán en un estado de letargo, ignorando el reloj profético de Dios sobre el fin de los tiempos.
Usted y yo no podemos caer en esa condición. Por el contrario, debemos mantenernos alerta como enseña el apóstol Pablo en 1 Tesalonicenses 5:2-4. Medite en el texto y anote sus apreciaciones:
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Cuando Él venga de nuevo, nadie podrá ignorar ese acontecimiento universal. Incluso, en las Escrituras leemos que “…todo ojo le verá”. Enseña el pasaje bíblico de Apocalipsis 1:7, que todas las tribus harán lamentación por él. Por fin reconocerán lo que hicieron y la salvación que desecharon (Apocalipsis 6:15, 16).
RECIBIREMOS RECOMPENSA
Puede que en su condición de cristiano atraviese situaciones muy difíciles. Probablemente ha pensado –en más de una ocasión en renunciar– a su vida de fe. Tal vez alguien a su lado—que no ha de faltar–, comentó que vivía mejor cuando no estaba comprometido con el amado Salvador. Esas palabras han horadado su corazón hasta en las fibras más profundas. Se pregunta, ¿de qué vale perseverar en Cristo?
Nuestra decisión debe encaminarse a permanecer firmes. No dar pie atrás. Avanzar, prendidos de la mano de Jesús el Señor. Dar nuevos pasos cada día, sabiendo que nos alienta la esperanza de que pronto veremos a nuestro Salvador.
De la mano con esa expectativa, algo más. Le invitamos a descubrirlo tras una lectura de Mateo 16:27 y Apocalipsis 22:12. ¿Qué le enseñaron estos versículos a su vida? Escríbalo a continuación:
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Vale la pena perseverar en Cristo. Puede que alrededor suyo muchas personas vuelvan atrás e, incluso, se relaciona con quienes quieren desanimarlo. Usted debe poner su mirada en el autor y consumador de la fe (Lea Hebreos 12:2), no en las circunstancias.
Es evidente que Él desea que nos mantengamos a la espera, sabiendo que somos salvos por Su obra en la cruz y que reinaremos con Él en la eternidad—Hebreos 9:28, 1 Juan 3:2, 3.
Le invitamos a leer el anuncio del apóstol Pablo en 2 Timoteo 4:8. ¿Qué representan para usted estas palabras? Escriba sus conclusiones:
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No se desprenda, bajo ninguna situación, de la mano de nuestro amado Dios y Señor Jesucristo. Permanezca firme en Él. Si lo hace, Él le concederá la fortaleza para vencer todas las circunstancias, aún aquellas que parecen adversas.
El Hijo regresará en la gloria de Su Padre, como lo registra Mateo 16:27 y 24:30. Será, sin duda alguna, un momento maravilloso.
NO SE DEJE ENGAÑAR
Es evidente que estamos viviendo los últimos tiempos. Paralelamente hallamos por doquiera, enseñanzas erradas. Si lo permitimos, nos arrastrarán a una corriente de engaño que pone en peligro nuestra salvación.
El Señor Jesús nos alertó sobre los falsos profetas (Mateo 24:23-26) Dijo que ellos harían grandes señales y maravillas en su propósito de llevar al equívoco a millares de personas en todo el mundo. Su advertencia fue clara: No debemos creerles.
En las Escrituras leemos que, el regreso del Señor Jesús:
- Será instantánea, en un abrir y cerrar de ojos (Mateo 24:27)
- Lo acompañarán seres angelicales.
- Los muertos en Cristo resucitarán primero (1 Tesalonicenses 4:16)
- Juzgará a las naciones (Mateo 25:31, 32; Apocalipsis 20:4)
- Llamará a los elegidos para recibir su heredad en la eternidad (Mateo 25:34)
- Apartará a los malos para condenación eterna (Mateo 25:41)
Sin duda lo que se avecina es terrible, si no somos salvos; es decir, si no tenemos a Jesucristo morando en nuestro corazón como Señor y Salvador.
¿Qué advertencia hizo Jesucristo sobre el final de los tiempos? Le invitamos a leer Lucas 17:26-30, y a anotar a continuación sus conclusiones:
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Debemos estar preparados. Los tiempos que vivimos hoy, obligan a que reconozcamos la necesidad de vivir en consonancia con la voluntad de Dios, porque su regreso es inminente. Él mismo nos ayudará a vivir en consagración, crucificando la carne y desechando las obras de la carne. ¿Está usted preparado para el regreso glorioso del Señor Jesús?
© Fernando Alexis Jiménez – Facilitador del Instituto Bíblico Ministerial de la Iglesia Misión Edificando Familias Sólidas (Colombia).
