Conservando la liberación espiritual (Lección 9)

La victoria en la guerra espiritual es nuestra por la obra de Jesús en la cruz.

El día que salieron de casa, era radiante. Juliette Radcliffe siempre pensó que el sol salió más temprano que de costumbre. Así lo compartió a su familia mientras tomaban el desayuno. “Estás equivocada, mama — le dijo Danna, su hija menor— Creo que más bien te levantaste muy de madrugada.” Todos rieron de buena gana. Había motivos para estar alegres: aquella mañana emprendían un viaje de casi ocho horas hasta la playa.

El mar era cálido, los atardeceres de ensueño y el rumor de las olas al morir en la playa o chocar contra los arrecifes, hacían evocar tiempos de antaño. Todos coincidieron en que salvo uno que otro ruido de autos que provenían de muy lejos, aquella era la imagen más próxima al paraíso terrenal. No iban al pueblo más cercano sino para comprar víveres. Eran contadas las ocasiones, aparte de eso, vivían aislados.

— Como nos ha rendido el dinero, creo que deberíamos quedarnos un tiempo más vacacionando — , propuso Thomas, a lo que su esposa e hijos respondieron con sonoros aplausos que sellaron su apoyo a la iniciativa.

Las hojas del calendario cayeron una tras otra, y los Radcliffe no se preocuparon por el paso del tiempo. Es más, no querían regresar; sin embargo, llegó el día y a pesar de su renuencia, emprendieron el camino de regreso.

¡Su gran sorpresa fue encontrar la casa invadida por un grupo de malvivientes! A partir de ese momento emprendieron una dispendiosa y por momentos estéril batalla judicial para recobrar el dominio de la vivienda. Cuando por fin llegó una orden de un juez para adelantar el desalojo, los ocupantes— vagos y viciosos— optaron por destruir las instalaciones, dejando destrucción por todas partes.

UNA CASA VACÍA DEBE LLENARSE

La historia es real y pone de manifiesto el enorme peligro de dejar la casa vacía. Igual con la vida de una persona que ha sido liberada del dominio de Satanás. Es imperativo que le abra las puertas de su corazón al obrar del Espíritu Santo, de lo contrario, el Adversario espiritual encontrará el camino expedito para recobrar el territorio sobre el cual tenía dominio.

El Señor Jesús ilustró esta verdad con una parábola muy específica: “Cuando un espíritu maligno sale de una persona, va por lugares áridos buscando un descanso. Y al no encontrarlo, dice: “Volveré a mi casa, de donde salí.” Cuando llega, la encuentra barrida y arreglada. Luego va y trae otros siete espíritus más malvados que él, y entran a vivir allí. Así que el estado final de aquella persona resulta peor que el inicial.” (Lucas 11:24-26, Nueva Versión Internacional)

Es esencial e imperativo que quien ha sido libre, sea lleno de Dios. Recuerde que Satanás es muy hábil y a través de pensamientos y tentaciones procurará recobrar el terreno perdido.

El autor Derek Prince, reconocido como una autoridad en el tema de liberación espiritual, escribió: “… puede estar seguro de que Satanás no desistirá en su intento de dañarle. Hará todo lo que esté a su alcance para reafirmar su control sobre usted. Debe estar preparado para su contraataque. Por lo anterior debe asegurarse completamente de que Jesús mora en usted y de que es el Señor absoluto en su vida.” (Prince, Derek. “Echarán fuera demonios”. Editorial Desafío, 2001. pg. 210)

Un paso aconsejable, es que además de abrir nuestro corazón al obrar de Dios, nos cubramos de la armadura espiritual que describe el apóstol Pablo en su carta a los creyentes de Éfeso:

Por último, fortalézcanse con el gran poder del Señor. Pónganse toda la armadura de Dios para que puedan hacer frente a las artimañas del diablo. Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales. Por lo tanto, pónganse toda la armadura de Dios, para que cuando llegue el día malo puedan resistir hasta el fin con firmeza. Manténganse firmes, ceñidos con el cinturón de la verdad, protegidos por la coraza de justicia, y calzados con la disposición de proclamar el evangelio de la paz. Además de todo esto, tomen el escudo de la fe, con el cual pueden apagar todas las flechas encendidas del maligno. Tomen el casco de la salvación y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios.” (Efesios 6:10-17, Nueva Versión Internacional)

El autor sagrado enfatiza en que sólo con la armadura podremos apagar los dardos del maligno. En otras palabras, ser conscientes que él seguirá atacándonos. Él anda en procura nuestra para llevarnos a un estado espiritual de estancamiento o revés; es algo de lo que debemos ser muy conscientes.

RESISTA AL DIABLO, NO CONTIENDA CON ÉL

Una actitud primordial, además de permanecer alerta, es que usted y yo resistamos abiertamente los ataques del enemigo espiritual. No podemos esperar que él arremeta en contra nuestra para salir a la defensiva. Por el contrario, nuestra posición debe ser ofensiva , como recomienda el apóstol Santiago: “Así que sométanse a Dios. Resistan al diablo, y él huirá de ustedes.” (Santiago 4:7, Nueva Versión Internacional)

Reviste particular importancia enfatizar en tres fundamentos que encontramos en esta Palabra:

1.- Someterse a Dios

2.- Resistir al diablo

3.- El diablo, si andamos de la mano de Dios y le resistimos, huirá de nosotros.

Como solados de Jesucristo, tenemos asegurada la victoria. Una vez haya libertad espiritual en nuestras vidas, debemos caminar siempre tomados de la mano del Salvador. No desprendernos por ningún motivo, y si viniera la tentación, procurar Su fortaleza en oración. Decirle cómo nos sentimos y de qué manera, es en Él en quien encontramos la capacidad para vencer.

Es muy probable que, si usted tuvo relación con el mundo del ocultismo o en algún momento, hizo pactos con las tinieblas, el diablo quiera hacerle pensar que es imposible escapar. Mentira. Él lo sabe bien. Usted es libre en Jesucristo y permanecerá libre, si desarrolla íntima comunión con Dios.

MANTÉNGASE FIRME EN DIOS

Imagine por un instante una embarcación en medio de la mar. Peligrosas olas la abaten. Corre peligro de naufragar en cualquier momento. En medio de la tormenta, su capitán orienta la nave a un puerto seguro, guiado por el faro que divisa en la distancia. Esa es nuestra vida con Jesús, nuestro amado Señor y Salvador. Vendrán tentaciones, pero estamos llamados a vencer, a sobreponernos, a salir airosos.

El rey David, hace más de tres mil años, dejó una clara instrucción para permanecer firmes a pesar de los embates: “Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en la senda de los pecadores ni cultiva la amistad de los blasfemos, sino que en la ley del Señor se deleita, y día y noche medita en ella. Es como el árbol plantado a la orilla de un río que, cuando llega su tiempo, da fruto y sus hojas jamás se marchitan. ¡Todo cuanto hace prospera!” (Salmos 1: 1-3, Nueva Versión Internacional)

El asedio para que volvamos atrás en nuestra vida espiritual, proviene de todos lados: unos son internos— las tentaciones a las que permitimos que tomen forma— pero también, de aquellos que se llaman “amigos” y no procuran otra cosa que vernos igual que ellos, en retroceso por dejarse arrastrar de sus deseos y pasiones. Sobre esa base es imperativo mantenernos alerta. La única forma de vencer es permaneciendo firmes en el Señor Jesús.

NO ALIMENTE LAS OBRAS DE LA CARNE

El apóstol Pablo hizo particular énfasis en la necesidad de vivir conforme al Espíritu de Dios y no bajo la sujeción de las pasiones de la carne: 

Las obras de la naturaleza pecaminosa se conocen bien: inmoralidad sexual, impureza y libertinaje; idolatría y brujería; odio, discordia, celos, arrebatos de ira, rivalidades, disensiones, sectarismos y envidia; borracheras, orgías, y otras cosas parecidas. Les advierto ahora, como antes lo hice, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. No hay ley que condene estas cosas. Los que son de Cristo Jesús han crucificado la naturaleza pecaminosa, con sus pasiones y deseos.” (Gálatas 5:19-24, Nueva Versión Internacional)

La carne, es decir, nuestra naturaleza, querrá llenarnos a satisfacer las bajas pasiones. Hacerle caso y dejarnos llevarnos por su torbellino, no conduce a otro lado que a la muerte espiritual. Lo contrario se produce cuando permitimos que el Espíritu Santo obre y se manifieste en nuestro ser. Vencer en nuestras fuerzas resulta imposible, pero no cuando vamos de la mano de Jesús, nuestro Salvador y Señor. Por este motivo el apóstol Pablo instruye: “Oren en el Espíritu en todo momento, con peticiones y ruegos. Manténganse alerta y perseveren en oración por todos los santos.” (Efesios 6:18, Nueva Versión Internacional)

Observe que el autor sagrado hace énfasis en la perseverancia. No un día ni dos, sino siempre. Un segundo elemento lo constituye la fortaleza en oración. En criterio del apóstol Pablo no podemos bajar la guardia.

Ahora, en nuestra condición de hijos de Dios, debemos permanecer unidos a Él y dejarle que haga su obra en nuestro ser “Porque si, cuando éramos enemigos de Dios, fuimos reconciliados con él mediante la muerte de su Hijo, ¡con cuánta más razón, habiendo sido reconciliados, seremos salvados por su vida!” (Romanos 5:10, Nueva Versión Internacional)

No hay razón para dejarnos llevar nuevamente por un pasado de ocultismo y maldad. Ahora somos del cuerpo de Cristo y debemos movernos en Su poder, fieles a Él.

DEJE QUE OPEREN EN SU VIDA LOS DONES DEL ESPÍRITU SANTO

Cuando le abrimos nuestra vida al obrar del Espíritu Santo, grandes cosas ocurren. ¿La razón? El apóstol Pablo lo explica magistralmente en su primera carta a los creyentes de Corinto: 

A cada uno se le da una manifestación especial del Espíritu para el bien de los demás. A unos Dios les da por el Espíritu palabra de sabiduría; a otros, por el mismo Espíritu, palabra de conocimiento; a otros, fe por medio del mismo Espíritu; a otros, y por ese mismo Espíritu, dones para sanar enfermos; a otros, poderes milagrosos; a otros, profecía; a otros, el discernir espíritus; a otros, el hablar en diversas lenguas; y a otros, el interpretar lenguas. Todo esto lo hace un mismo y único Espíritu, quien reparte a cada uno según él lo determina.” (1 Corintios 12:7-11, Nueva Versión Internacional)

El autor cristiano Derek Prince señala que:

 Los demonios desprecian estos dones del Espíritu Santo y hacen que los hombres les desprecien. ¿Por qué? Porque la operación de estos dones sobrenaturales de poder contrarresta el trabajo de los demonios. Su mal queda sin efecto por la palabra de sabiduría, de fe, por los dones de sanidades y milagros. Sus planes para producir daño son minimizados por una palabra oportuna de profecía o por el don de lenguas con interpretación. No es de extrañar por tanto, que los demonios se opongan tan fuertemente a estos dones.” (Hammond, Frank e ida. “Cerdos en la sala”. Editorial Unilit. 1991. pg. 58)

Tenga presente que el poder del Espíritu Santo obrando en una persona es de suma importancia para conservar la liberación espiritual. No basta con llenar la casa, sino con mantenerla inundada de la presencia de Dios. Recuérdele siempre: la clave es la permanencia, aspecto sobre cual dijo el Señor Jesús: “Permanezcan en mí, y yo permaneceré en ustedes. Así como ninguna rama puede dar fruto por sí misma, sino que tiene que permanecer en la vid, así tampoco ustedes pueden dar fruto si no permanecen en mí.” (Juan 15:4, Nueva Versión Internacional)

Procure buscar de Dios cuanto más pueda. Permanezca en Él. No se separa de Su mano poderosa. Dios hará algo especial en su vida. Es la forma eficaz de conservar la liberación que Dios ha provisto para nuestras vidas…


EJERCICIOS PARA DESARROLLAR DURANTE LA SEMANA


La mejor forma de reforzar los conocimientos adquiridos es repasando lo que se vio en cada Lección y desarrollar ejercicios, como los que le proponemos a continuación, para retroalimentar las enseñanzas:

1.- ¿Qué procuran hacer los demonios cuando encuentran que alguien que ha sido liberado, no es lleno de la presencia de Dios (Cf. Lucas 11:24-26)?

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2.- ¿Qué importancia tiene no andar como los demás que no tienen a Cristo si alguien quiere conservar la liberación espiritual (Cf. Salmos 1:1-3)?

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3.- ¿Por qué es importante que alguien liberado de posesión demoníaca esté con la armadura espiritual (Cf. Efesios 6:10-17)?

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4.- ¿Cuál es la razón por la que se recomienda a los creyentes no alimentar las obras de la carne? ¿Por qué actuar así abre puertas al mundo espiritual de maldad?

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5.- ¿Por qué alguien liberado de presencia o influencia demoníaca debe someterse a Dios y resistir al diablo (Cf. Santiago 4:7)?

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6.- ¿De qué sirve orar en el proceso de fortalecernos en Dios frente a las tentaciones y ataques del enemigo espiritual (Efesios 6:18)

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7.- ¿Por qué son importantes los dones en la vida del cristiano?

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© Fernando Alexis Jiménez – Entrenador del Instituto Bíblico Ministerial


 

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