El Antiguo Testamento revela la obra redentora del Señor Jesucristo (Conclusión)

orando

Desde antes de la fundación del mundo nuestro amado Dios sabía que el género humano caería en pecado y, por su infinito amor, dispuesto la salvación. Se hizo hombre para evitar nuestra condenación eterna, como escribió el apóstol Juan:

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna.»(Juan 3:16 | RV 60)

Él reveló progresivamente, a través de los siglos, la venida del Mesías y la nueva oportunidad que había para recibir perdón de pecados y poder emprender una nueva vida. (Lea Isaías 53; Miqueas 5:2; Salmos 22: 1, 7-8, 14-18; Salmos 69:21; 16:10; Isaías 52:13; 9:2)

Sólo cuando leemos con corazón dispuesto el Antiguo Testamento, podemos comprender la revelación contenida en el Nuevo Testamento.

El Antiguo Testamento nos muestra cuáles eran las costumbres, prácticas, idiosincrasia, cosmología y aún expectativas de carácter religioso que tenían los judíos, cuáles eran sus tácticas de guerra, relación con Dios, tradiciones y otros muchos aspectos que resultan sumamente interesantes.

En sus páginas aprendemos numerosas lecciones a través de las vidas de sus muchos personajes falibles. Al observar sus vidas podemos ser animados a confiar en Dios sin importar lo que suceda, a desarrollar fidelidad, a confesar nuestros pecados, entre otros.

Apasionarnos por el estudio de la Palabra desde el Génesis hasta Malaquías, nos llevará a experiencias maravillosas. Tales experiencias nos permitirán crecer a nivel personal, espiritual y familiar.

Comience a leer al menos dos o tres capítulos diarios. En menos de un año habrá leído el Antiguo Testamento. Y, por supuesto, desarrollará un mayor acercamiento con Dios, el creador de todo el universo.

Le animamos finalmente a proseguir con los procesos formativos que impartimos a nivel presencial y virtual. Recuerde que si nuestro propósito es servir en la extensión del Reino de Dios, debemos hacerlo con excelencia.

Ps. Fernando Alexis Jiménez y Lucero González

Instituto Bíblico Ministerial

Misión Edificando Familias Sólidas

 

 

 

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