La autoridad de Cristo conta el mundo de las tinieblas (Lección 8)

En Cristo tenemos asegurada la victoria.

El ministro estaba orando. Un culto maravilloso. El poder de Dios se movía como nunca antes en aquel lugar. Los enfermos eran sanados. Y… los cautivos recibían libertad. Y justo uno de aquellas personas, por mucho tiempo bajo el dominio de Satanás, prorrumpió en gritos que rompieron la tranquilidad del lugar.

— Déjame en paz. No te metas conmigo. Déjame en paz. — La voz sonaba amenazante.

Como si estuviera en medio de una tormenta de impredecibles consecuencias, muchos de quienes estaban reunidos, comenzaron a salir rápidamente.

El pastor Roberto miró fijamente al hombre, de aproximadamente cuarenta y cinco años, macizo, trigueño, que dejaba escapar saliva por la comisura de los labios, en una evidente manifestación de posesión satánica.

— En el nombre del Señor Jesús te ordeno callar, diablo mentiroso. Ato tu poder en este hombre. — ordenó.

Inmediatamente el poseso dejó de avanzar. Cuestión de segundos. Quedó como paralizado. Poco después, reinició sus ataques, más fiero que antes.

— En el nombre del Señor Jesús te ordeno callar, diablo mentiroso. Ato tu poder en este hombreDesato de su vida toda atadura, y lo declaro libre en el nombre de Jesucristo, — dijo el clérigo.

El hombre cayó al suelo dando un grito más terrible que los primeros. Poco rato después estaba repuesto, sentado, atento a las instrucciones que le compartían algunos miembros de la congregación respecto a caminar en santidad, prendido de la mano del Salvador.

En otro lugar distante, una mujer salía de trabajar, pasadas las ocho de la noche. Las calles lucían oscuras. Las últimas bombillas habían sido apedreadas por pandilleros, en procura de pasar desapercibidos para las autoridades.

— Alto. Deme lo que trae en la cartera — , ordenó un asaltante. Bastante joven, pensó la mujer, que no salía de su asombro.

— Pero no traigo nada, excepto lo de pagar el pasaje de autobús — , explicó ella.

Por un instante, mil imágenes pasaron por su mente. A primera vista, no sabía qué hacer. Finalmente recordó su condición de cristiana— cosa extraña que suele ocurrirnos: a Dios es al último a quien acudimos —.

— En el nombre de Jesucristo te ordeno que sueltes el arma. — Gritó fuertemente.

El ladrón se quedó mirándola. Finalmente, y como si hubiese visto algo que lo llenó de temor, arrojó la pistola y emprendió veloz huida.

Las personas que le preguntaron qué había pasado, sólo recibieron una respuesta sencilla: “Le ordené al demonio que había en ese hombre, que soltara el arma. Simplemente até su poder en el nombre de Jesucristo”.

Algunos sonrieron y se alejaron del lugar, totalmente escépticos. Otros, por el contrario, quedaron sorprendidos y desde aquel momento, una idea comenzó a darle vueltas en sus cabezas: la lucha contra el mundo invisible era real, y en el poder de Jesucristo— creyeron— era posible atar las fuerzas del mundo de las tinieblas.

EL PODER DE ATAR Y DESATAR

Los cristianos impactamos el mundo espiritual desde el mundo físico. A este aspecto de trascendencia se refiere el poder que utilizamos los cristianos de atar y desatar, teniendo como fundamento las armas más poderosas: el ayuno y la oración, que nos permiten derribar fortalezas.

Atar y desatar tiene como fundamento dos raíces griegas deo luo. Vamos al primer término: atar. Se deriva del vocablo deo que literalmente vertemos al español como ligar, envolver, poner una atadura. El segundo es desatar, que viene del griego luo. Denota desligar, desatar, libertar, deshacer, soltar.

La ilustración de atar y desatar la encontramos en una escena cuando el Señor Jesús enseñaba a sus apóstoles respecto al perdón:

Si tu hermano peca contra ti, ve a solas con él y hazle ver su falta. Si te hace caso, has ganado a tu hermano. Pero si no, lleva contigo a uno o dos más, para que “todo asunto se resuelva mediante el testimonio de dos o tres testigos”. Si se niega a hacerles caso a ellos, díselo a la iglesia; y si incluso a la iglesia no le hace caso, trátalo como si fuera un incrédulo o un renegado. “Les aseguro que todo lo que ustedes aten en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desaten en la tierra quedará desatado en el cielo. » Además, les digo que si dos de ustedes en la tierra se ponen de acuerdo sobre cualquier cosa que pidan, les será concedida por mi Padre que está en el cielo. Porque donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.” (Mateo 18:15-20, Nueva Versión Internacional)

Observe se habla en un contexto de perdón, de desatar a alguien a quien tenemos atado por el resentimiento, el odio o cualquier manifestación en contra producto del daño que hayamos recibido.

En el tiempo del Señor Jesús el atar y desatar estaba estrechamente ligado al ejercicio de la clase rabínica. Como líderes religiosos se abrogaban la prerrogativa de permitir o prohibir algo relacionado con la Ley.

Pero en esencia, el atar y desatar tiene también una connotación espiritual sobre la base de que desde el mundo físico impactamos el mundo espiritual. Revise el texto y observe que el Señor Jesucristo fue enfático en asegurar que él respondería a cualquier cosa que pidiéramos dos o tres que nos hubiésemos puesto de acuerdo en algo, en Su nombre.

Bajo ese cimiento, estamos convencidos como creyentes, que ejercemos autoridad de Jesús para atar y desatar, desde el mundo material, lo que se produce en el ámbito espiritual.

AUTORIDAD DELEGADA

Resulta interesante notar que el Señor Jesús delegó la autoridad para poner en derrota el mundo de las tinieblas. El amado Salvador envió a setenta de sus discípulos de dos en dos: “¡Vayan ustedes! Pero fíjense que los envío como corderos en medio de lobos.” (Lucas 10:3, Nueva Biblia al Día)

Fue un trabajo muy extenuante. “Los setenta y dos discípulos regresaron contentos de la misión y dijeron: — Señor, hasta los demonios nos obedecen cuando les damos órdenes en tu nombre. Él les respondió: — Yo vi a Satanás caer del cielo. Si, yo les he dado a ustedes poder para pisotear serpientes y escorpiones para vencer todo el poder del enemigo, y nada les hará daño. Sin embargo, no se alegren de que los espíritus les obedezcan, sino alégrense de que sus nombres están escritos en el cielo.” (Lucas 10:17-20, Nueva Biblia al Día)

Si bien es cierto, Satanás y sus huestes procuraron nuestra destrucción, tenemos la autoridad de Cristo y es fundamental que la ejerzamos. No podemos olvidar que las batallas pueden ser complejas, pero en el Señor Jesús somos más que vencedores.

Es por esa razón que usted y yo estamos llamados a atar y desatar. Es actuar en forma ofensiva y no asumir una actitud pasiva, que reacciona ante los ataques. La autoridad la dinamizamos desde el plano físico para que afecte la dimensión espiritual.

¿DÓNDE COMIENZAN Y SE FORTALECEN LAS BATALLAS?

Las batallas de Satanás y sus huestes en contra nuestra, comienzan con los pensamientos. Desde el mundo espiritual de las tinieblas ejercen influencia en el área física. Una vez el enemigo controla lo que piensa una persona, le resulta fácil afectar la totalidad del organismo. Paralelamente la maldad incide en las circunstancias, que inexplicablemente pueden tornarse adversas contra el género humano.

Un ejemplo lo encontramos cuando Satanás atacó a Job y producto de su arremetida, destruyó su familia y sus propiedades (Cf. Job 1:6-20)

Como creyentes inmersos en la guerra espiritual, atamos toda acción de Satanás y sus huestes, y desatamos libertad sobre las personas, incluyendo bendiciones en los planos personal y espiritual. Ejercemos autoridad, la autoridad que nos delegó el Salvador. Lo hacemos como soldados del ejército de Dios, en nuestra condición de intercesores.

No hay límites de tiempo ni distancia para que el Padre celestial responda a nuestras oraciones. Tenga presente que es intercesión, clamor y ruego delante de Dios, como ganamos las batallas contra el mundo de las tinieblas.

Es importante reconocer que al atar o desatar, estamos confesando con los labios, aquello que creemos en el corazón: “La lengua tiene poder para su vida o para muerte; los que la aman sufrirán las consecuencias.” (Proverbios 18:21, Nueva Biblia al Día). Cabe anotar aquí que podemos atar incluso a distancia y, si intercedemos por alguien, no importa que la persona se encuentre a kilómetros de distancia del sitio donde estamos orando.

LA ACCIÓN DE DESATAR

Como cristianos, atamos en la autoridad de Jesucristo las obras de Satanás y sus huestes, pero ligado a esto, desatamos la influencia de un demonio de enfermedad, desatamos sanidad en el nombre glorioso de Jesucristo. Atamos y rompemos toda opresión física y espiritual, y desatamos liberación, en lo personal y lo espiritual. Proclamamos libertad y bendiciones con nuestros labios, así como declaramos atada toda fuerza del mundo espiritual de maldad.

Como siervos de Jesucristo atamos lo malo y confesamos y proclamamos lo que creemos. Es tiempo de actuar, con la misma decisión que asumió el profeta Jeremías cuando Dios le dijo: “Hoy comienza tu trabajo; prevenir a las naciones y a los pueblos del mundo. De acuerdo con mis palabras, expresadas por tu boca, yo derribaré unos y los destruiré, y plantaré y cuidaré a otros, los fortaleceré y engrandeceré.” (Jeremías 1:10, Nueva Biblia al Día)

Es imperativo que actuemos, como lo que realmente somos: intercesores que se mueven en el poder de Dios. No podemos ser pasivos e indiferentes en la batalla espiritual que se libra alrededor nuestro, como lo hicieron los israelitas porque Dios “Se asombró de que nadie interviniera y decidió salvarlos con su poder y su justicia.” (Isaías 59:16, Nueva Biblia al Día)

El autor y conferencista cristiano, Frank Hammond, es enfático al señalar que:

Los cristianos necesitan despertar y darse cuenta que se les ha dado mucha más autoridad de la que habían imaginado. Ya no es cosa de oración por la cual clamamos: “Oh, Dios, por favor ven y haz algo contra estos demonios horrorosos que nos han dado un tiempo tan difícil.” Mas bien es cuestión de levantarnos en el poder en el nombre de Jesús y decir al demonio lo que debe hacer”. (Hammond, Frank e Ida. Cerdos en la sala. Editorial Unilit, 1995. Pg. 93)

Cuando atamos el poder de Satanás y desatamos el mover de Dios, estamos actuando en la autoridad que nos delegó el amado Salvador Jesucristo.

El reverendo Hammond continúa diciendo que:

A nosotros se nos han dado las “llaves del reino”. Hay poder para gobernar sobre las fuerzas de las tinieblas. No tenemos que orar por eso. La batalla ya se ganó en los cielos y estamos para atar en la tierra lo que ya ha sido atado en los cielos.” (Hammond, Frank e Ida. Cerdos en la sala. Editorial Unilit, 1995. Pg. 95)

ATAR AL HOMBRE FUERTE

Si no atamos el poder del Adversario y sus huestes, él seguirá dominando. El Señor Jesús enseñó a sus discípulos y también a nosotros, la imperiosidad de atar al hombre fuerte: “¿Cómo podrá alguien entrar en la casa de un hombre fuerte y robarle sus bienes, si primero no lo ata? Sólo así podrá robarle.” (Mateo 12:29, Nueva Biblia al Día)

Es fundamental que neutralicemos a nuestro enemigo y su séquito de colaboradores, para que podamos ministrar liberación a los cautivos, y recobrar el territorio del que haya tomado posesión.

Le invito a recordar el caso de la mujer que por espacio de dieciocho años estuvo atada por Satanás con una enfermedad:

…y estaba allí una mujer que por causa de un demonio llevaba dieciocho años enferma. Andaba encorvada y de ningún modo podía enderezarse. Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: Mujer, quedas libre de tu enfermedad. Al mismo tiempo, puso las manos sobre ella, y al instante la mujer se enderezó y empezó a alabar a Dios. Indignado porque Jesús había sanado en sábado, el jefe de la sinagoga intervino, dirigiéndose a la gente: Hay seis días en que se puede trabajar, así que vengan esos días para ser sanados, y no el sábado. — ¡Hipócritas! — , le contestó el Señor—. ¿Acaso no desata cada uno de ustedes su buey o su burro en sábado, y lo saca del establo para llevarlo a tomar agua? Sin embargo, a esta mujer, que es hija de Abraham, y a quien Satanás tenía atada durante dieciocho largos años, ¿no se le debía quitar esta cadena en sábado.” (Lucas 13:11-16, Nueva Versión Internacional)

La palabra enferma está relacionada aquí con atada. Era la situación bajo la cual la tenía sometida el enemigo espiritual. El propio Señor Jesús reconoció que era alguien “…a quien Satanás tenía atada durante dieciocho largos años…”

El poder y autoridad que Dios nos delegó a través de su amado Hijo Jesús, nos permite ministrar libertad a quienes se encuentran bajo ataduras.

Es esencial que asumamos desde hoy esa posición de batalla, confrontando las huestes del mundo de las tinieblas. Nos movemos en la autoridad y poder de Jesucristo. Él es quien nos otorga la victoria pata atar desatar. Atamos el poder demoníaco, proclamamos la liberación del poder de Dios.

PONGA AL DESCUBIERTO EL MUNDO DE LAS TINIEBLAS

Una estrategia de Satanás y su ejército, es camuflarse hábilmente de tal manera que su presencia, posesión y hostigamiento sobre las personas, genere confusión y se atribuya a todo menos a una influencia demoníaca.

Pablo advirtió sobre el sutil ocultamiento de nuestro Adversario espiritual cuando escribió: “Esto no me sorprende. Satanás puede disfrazarse de ángel de luz. ¡No es extraño que sus siervos se disfracen como gente que hace el bien!!Un día recibirán el castigo que sus perversas obras merecen!” (2 Corintios 11:14, 15. Nueva Biblia al Día)

Para descubrir si hay operación de demonios en el comportamiento de una persona

Tenga presente que tal como anota Neil T. Anderson, el engaño es una estrategia de Satanás y sus huestes, y es muy acucioso en el proceso de generar ataduras con el fin de tomar dominio sobre las personas:

Aunque Satanás está derrotado, todavía gobierna este mundo a través de una jerarquía de demonios que tientan, acusan y engañan a quienes no se ponen la armadura de Dios, no están firmes, y no llevan cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo. Nuestro refugio es nuestra identidad y posición en Cristo y todos tenemos la protección que necesitamos para vivir en victoria; pero si no asumimos nuestra responsabilidad y le cedemos terreno a Satanás, sufriremos las consecuencias de nuestras acciones y actitudes pecaminosas. La buena noticia es que podemos arrepentirnos y tomar posesión de todo lo que tenemos en Cristo…” (Anderson, Neil T. “Los pasos hacia la libertad en Cristo.” Editorial Unilit. 1995, pp. 4)

Para avanzar en el proceso de determinar qué tipo de dominio ejerce el mundo de las tinieblas sobre la persona, es fundamental que acudamos al discernimiento, sobre el cual escribió el apóstol Pablo:

“Unos reciben poder para hacer milagros y otros tienen el don de profecía. A unos, Dios les da la capacidad de distinguir entre los espíritus falsos y el Espíritu verdadero, y a otros les da la capacidad de hablar en lenguas; y todavía a otros les da la de interpretar lo que en esas lenguas se haya dicho.” (1 Corintios 12:10, Versión Popular Dios habla hoy)

Muchas veces puede ocurrir que la posesión demoníaca se oculte con síntomas de enfermedades mentales, algo sobre lo cual es muy hábil nuestro enemigo espiritual.

Recuerdo el caso de una persona que se negaba a que su esposa recibiera ministración para ser libre de posesión. “Ella tiene problemas psiquiátricos, no está poseída por el demonio.”, argumentaba el esposo.

Es comprensible que se mostrara renuente, porque la Biblia advierte que el propio Satanás ha cegado los ojos del mundo para que no vean la verdad: “Pues como ellos no creen, el dios de este mundo les ha cegado el entendimiento para que no vean la brillante luz del evangelio del Cristo glorioso, imagen viva de Dios.” (2 Corintios 4:4, Versión Popular Dios habla hoy)

Debemos estar muy atentos a la voz del Espíritu Santo, que nos guía en todo el proceso de diagnóstico.

POSESIONES DEMONÍACAS QUE CONFUNDEN

Las Escrituras registran varios casos de posesión demoníaca, de los cuales tomo tres para que apreciemos de qué manera, la presencia de Satanás en las personas pudo generar confusión.

La primera escena tuvo ocurrencia en Gadara: “Cuando llegó Jesús a la otra orilla del lago, a la tierra de Gadara, salieron dos endemoniados de entre las tumbas y se acercaron a él. Eran tan feroces que nadie podía pasar por aquel camino. Y se pusieron a gritar: – ¡No te metas con nosotros, Jesús, Hijo de Dios! ¿Has venido aquí para atormentarnos antes de tiempo? A cierta distancia estaba comiendo una gran piara de cerdos, y los demonios rogaron a Jesús: –Si nos expulsas, déjanos entrar en aquellos cerdos. – Id –les dijo Jesús. Los demonios salieron de los hombres y entraron en los cerdos, y al momento todos los cerdos echaron a correr pendiente abajo hasta el lago, y se ahogaron. Los que cuidaban de los cerdos salieron huyendo, y al llegar al pueblo contaron lo sucedido, todo lo que había pasado con los endemoniados.” (Mateo 8:28-33, Versión Popular Dios habla hoy)

Es importante que considere, en primera instancia, que Gadara era una región en la que Satanás y sus huestes, ejercían dominio territorial. El segundo elemento, es que la persona— por su comportamiento— podría haberse confundido hoy día con un esquizofrénico, y en tercer lugar, descubrimos que los demonios se mueven a través de seres humanos o animales, sobre los que se posesionan. No andan por ahí vagando, mirando los clasificados de los periódicos para ver dónde hay una “casa vacía”.

Los moradores de Gadara no querían que se produjeran las liberaciones, por el mismo temor que asiste a muchos de “meterse” con Satanás, creyendo que así él les dejará en paz.

El segundo caso es el de un hombre que estaba en la sinagoga, donde se rendía culto a Dios, y sin embargo estaba poseído por el demonio. Observe que ante la presencia de Jesús, el Hijo de Dios, comenzó a gritar como un demente. Si fuera en nuestros días, alguien podría argumentar que se encontraba bajo una profunda depresión:

Llegaron a Cafarnaún, y el sábado entró Jesús en la sinagoga y comenzó a enseñar. La gente se admiraba de cómo les enseñaba, porque lo hacía con plena autoridad y no como los maestros de la ley. En la sinagoga del pueblo, un hombre que tenía un espíritu impuro gritó: –¿Por qué te metes con nosotros, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Yo te conozco. ¡Sé que eres el Santo de Dios! Jesús reprendió a aquel espíritu, diciéndole: –¡Cállate y sal de este hombre!” (Marcos 1:21-25, Versión Popular Dios habla hoy)

Un tercer ejemplo que hallamos en los evangelios, es el de posesión demoníaca asociada con enfermedades. Conozco el caso de una mujer que experimentaba una situación biológica o de deterioro del organismo, conocida como artritis. Cuando fue liberada de posesión, retornó a la normalidad. Hay quienes enfrentan problemas de ceguera, cáncer, afecciones estomacales, para mencionar sólo algunas, y que más que un problema de enfermedad crónica, obedece a posesión del mundo de las tinieblas:

Al ponerse el sol, todos los que tenían enfermos de diferentes enfermedades los llevaron a Jesús; él puso las manos sobre cada uno de ellos y los sanó. De muchos enfermos salieron también demonios que gritaban: –¡Tú eres el Hijo de Dios! Pero Jesús reprendía a los demonios y no los dejaba hablar, porque sabían que él era el Mesías.” (Lucas 4:40, 41, Versión Popular Dios habla hoy)

Traje a colación estas escenas en donde se evidenciaron manifestaciones demoníacas, para resaltar que nuestro Adversario espiritual es muy hábil y procura general engaño, camuflándose detrás de aparentes enfermedades.

Como cristianos que ministramos liberación en el poder y la autoridad del Señor Jesús, es necesario que estemos alerta, y bajo el discernimiento y guía del Espíritu Santo, pongamos al descubierto las estratagemas del mundo de las tinieblas.

Recuerde que, tal como enseña el autor cristiano Dean Sherman, el objetivo de Satanás y sus huestes es destruir a la persona, generando ataduras, fortalezas y dominio de diversas clases:

Estos espíritus no están interesados en las zonas geográficas, ni en el consumismo, sino en el individuo. Los espíritus malignos ejercen su influencia sobre la conducta individual… Estas fuerzas atacan al individuo; especialmente mediante la mente, el corazón y la boca. Los espíritus tentadores fomentan el pecado y, si salen airosos, llevan a la gente a la esclavitud.” (Sherman, Dean. “Guerra Espiritual”. Editorial Unilit. 1991, pg. 108)

Como cristianos, estamos siempre preparados. No podemos dejarnos sorprender ni engañar por el Acusador.

CUADRO DE DIAGNÓSTICO

Es necesario que, mediante la elaboración de una entrevista a la persona que bien puede experimentar una situación de enfermedad mental o posesión demoníaca, determinemos qué es lo que realmente está ocurriendo. Lo que no podemos dejar de lado es la habilidad de nuestro Adversario espiritual para generar engaño y camuflarse, artimaña sobre la que se debe trabajar.

Frank Hammond explica:

 Cuando se enfrenta a los demonios y se les presiona por medio de la batalla espiritual, a veces demuestran sus naturalezas particulares a través de la persona en una gran diversidad de formas. Estos espíritus del mal son criaturas de la oscuridad. No pueden soportar que se les exponga a la luz.” (Hammond, Frank e Ida. “Cerdos en la sala”. Editorial Unilit. 1991, pg. 64.)

Lo apropiado es hacer cuantas preguntas se consideren oportunas y necesarias. Si se requiere preguntar de nuevo, hay que hacerlo. Todo debe quedar detallado en el informe de diagnóstico que vamos elaborando.

Hay quienes utilizan cintas magnetofónicas. No es una estrategia equivocada, pero es esencial que enfaticemos: dichas grabaciones deben quedar debidamente codificadas y bajo el rótulo de confidencialidad.

Al preguntar, tenga en cuenta dos variables importantes: la primera, es la historia personal de quien estamos examinando de cara a un proceso de liberación. Ausculte su pasado, incluso desde su infancia, determinando qué experiencias traumáticas enfrento, si hubo abusos, traumas e inclinaciones, que pudieran abrir a través del tiempo, puertas al mundo de las tinieblas.

Reviste significación, de igual manera, que conozcamos las convicciones de fe o filosofías que asisten a quien está entrevistando, y que pueda arrojar luces sobre eventuales contactos con el ocultismo, espiritismo, sectas de error, doctrinas contrarias a la Biblia e incluso, Nueva Era.

El diálogo nos ayudará a reconocer si la persona, en su infancia, adolescencia, período de juventud o adultez, sufrió abuso físico y emocional o violencia sexual. Son peligrosas puertas al mundo de las tinieblas, así la persona haya sido víctima.

Un segundo elemento importante, es la historia familiar, que ayuda a identificar si hay maldiciones generacionales o vinculación al ocultismo a través de alguien próximo en línea de consanguinidad.

Cada ministro de liberación puede definir el esquema que considere oportuno en el proceso de diagnóstico. Hay quienes elaboran un cuadro, que igual, es aconsejable con el fin de evaluar en qué ha participado quien procura la liberación espiritual y qué tipo de fortalezas demoníacas pudieron haberse establecido en su cuerpo, alma y espíritu.


EJERCICIOS PARA DESARROLLAR DURANTE LA SEMANA


La mejor forma de reforzar los conocimientos adquiridos es repasando lo que se vio en cada Lección y desarrollar ejercicios, como los que le proponemos a continuación, para retroalimentar las enseñanzas:

1.- ¿Ha estado cerca de una experiencia con alguna persona que estaba bajo posesión demoníaca? ¿Sintió temor o fortaleza en Cristo?

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2.- ¿Tiene claro qué significa atar desatar en el ámbito espiritual? Explíquelo con sus propias palabras.

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3.- ¿Cuál era el sentido original para los judíos de atar y desatar y qué implicaciones tiene en el ámbito espiritual?

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4.- ¿Qué seguridad tenemos los cristianos para ejercer autoridad de atar y desatar en el mundo de las tinieblas?

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5.-De acuerdo con Lucas 10:3, ¿Por qué advirtió el Señor Jesús a sus discípulos que anduviesen con cuidado como corderos en medio de lobos?

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6.- En consonancia con Lucas 10:17-20, ¿qué autoridad tenemos los cristianos?

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7.- En el proceso de atar y desatar, ¿qué papel juega lo que profesamos con nuestros labios? (Cf. Proverbios 18:21)

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© Fernando Alexis Jiménez – Entrenador del Instituto Bíblico Ministerial


 

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