La personalidad y su influencia en el comportamiento (Lección 2)

La Consejería Pastoral reviste mucha importancia.

El comportamiento humano es muy complejo, como igual, el funcionamiento en general de todo su organismo. No basta con las buenas intenciones de ser mejores cada día. Interiormente luchamos con una naturaleza no solamente pecaminosa, sino inclinada al mal, a la venganza, a los rencores, al resentimiento, a los temores. La lista puede ser infinita. Todo lo anterior, alimentado por los conflictos de nuestro mundo interior que, en la mayoría de los casos, permanecen sin sanar.

Eso explica el conflicto que viven infinidad de personas quienes, siendo cristianas, aún enfrentan el viejo hombre que los sigue a todas partes como una sombra.

Imponernos principios a menos que los entendamos y vivenciemos a partir de la convicción, pero tras haber experimentado sanidad interior, servirá de poco. Siempre volveremos a lo mismo. Distinto, insistimos, cuando tenemos un corazón sano, obra que solo puede hacer el Señor Jesucristo y que viene acompañada con un proceso en el que identificamos la raíz del problema y contribuimos a resolverlo, con ayuda de la Consejería Pastoral.

El apóstol Pablo expresó de forma dramática la lucha que vivía:

Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí. Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí. Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.  !!Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte? Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, más con la carne a la ley del pecado.»(Romanos 7:19-25| RV 60)  

Toda conducta en el individuo tiene una motivación. El comportamiento, sea cual fuere, tiene un origen. No pensamos y actuamos de una u otra manera porque sí. Siempre hay algo detrás.

ENFRENTANDO LA FRUSTRACIÓN

Para tener una mínima comprensión de lo que ocurre con nuestro ser, le invitamos a realizar los siguientes ejercicios que, aunque breves son importantes, porque toman como cimentación la Biblia:

¿Qué nos enseña la Palabra en Jeremías 17: 9? ¿Qué podemos aprender del texto?

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¿Quién es el único que puede entender por qué pensamos y actuamos como lo hacemos, y puede ayudarnos en un proceso de transformación personal y espiritual? Encontrará la respuesta en el Salmo 139: 23.

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¿De qué manera nos ayuda Dios a superar los errores y, al mismo tiempo, vacíos de nuestro mundo interior de acuerdo con lo que leemos en el Salmo 139: 24?

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Una sensación que asiste a la mayoría de las personas, es que jamás podrán cambiar. Se ven enfrentadas a la frustración porque consideran que sus esfuerzos resultan infructuosos.

Un principio que debemos manejar con el aconsejado, toma como fundamento que Dios nos creó, nos conoce y puede ayudarnos en el proceso de sanidad interior.

Es cierto, como todo ser humano, buscaremos siempre la significación y la seguridad, tema del que hablamos en la Lección anterior, pero en Dios encontramos esa realización plena, tal como enseñó el Señor Jesús:

Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.»(Mateo 6:33| RV 60)

Frente a las que consideramos necesidades básicas cuya satisfacción nos traerá realización plena, ¿qué nos enseñan las Escrituras en Filipenses 4: 6-19?

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Depender más de Dios y menos de nosotros, del anhelo de posición, reconocimiento y riquezas; de las presiones sociales o del deseo de ser perfectos, nos permitirá avanzar. Empezaremos a valorar cada pequeño paso que demos. No tendremos el peso de la frustración porque no hayamos alcanzado resultado resultados rápidos en el proceso de sanidad interior que sirve de basamento en la Consejería Pastoral.

DEFINAMOS EL CONCEPTO DE PERSONALIDAD

Antes de avanzar, es importante que definamos la concepción de personalidad. Podemos decir que reúne una serie de características particulares que abarcan tanto la conducta como la condición privada de la persona (sus pensamientos, deseos, necesidades, recuerdo etc).

Se trata de algo distintivo y propio de cada individuo, pues, aunque existan algunos “tipos de personalidad”, lo cierto es que cada persona es única, como también lo es su personalidad.

En la formación de la personalidad intervienen tanto la base biológica (temperamento) como las influencias ambientales (carácter). Estos dos conceptos son de vital importancia en el ámbito de la personalidad.

El científico del comportamiento humano, Sigmund Freud, planteaba en los siguientes términos:

La personalidad es el patrón de pensamientos, sentimientos y conducta que presenta una persona y que persisten a lo largo de toda su vida, en diferentes situaciones.»

COMPONENTES DE LA PERSONALIDAD

La personalidad tiene elementos de origen hereditario y ambiental. Estos aspectos son: temperamento, carácter, inteligencia y roles sociales.

El temperamento es la dimensión biológica y por tanto heredable de la personalidad que se manifiesta desde edades tempranas.

Se distinguen aspectos estáticos y dinámicos: los primeros se refieren la morfología, mientras que los segundos hacen alusión a la fisiología.

El carácter es un componente aprendido de la personalidad. Diferenciándose con temperamento, el carácter está en función de los valores de cada sociedad, de su sistema educativo y cómo son transmitidos. Incluye valores (componentes afectivos y cognitivos) y componentes motivacionales y comportamentales. Aparece como consecuencia de las experiencias que vivimos, que influyen en nuestra forma de ser modulando las predisposiciones y tendencias biológicas, es decir, temperamentales.

La niñez y adolescencia son etapas muy importantes en la formación del carácter, tanto positiva como negativamente.

LA PERSONALIDAD EN LA CONSEJERÍA

La personalidad de cada quien, como explicaremos, juega un papel significativo en el proceso de acompañamiento. Por ese motivo, en diálogo del Consejero con quien pide el servicio, es esencial. Nos permitirá tener una primera aproximación al posible origen de la situación que enfrenta.

Comencemos por coincidir en un punto. La persona en sí misma es un ser integral que tiene tres componentes:

  • Cuerpo – Componente físico
  • Alma – La mente
  • Espíritu – La parte de nuestro ser que puede intimar con el Espíritu de Dios.

Procuraremos entender el asunto de la manera más sencilla posible para que, en su condición de Consejero, tenga una mayor comprensión y pueda desarrollar un buen trabajo:

1.- La ______________ consciente. Con esta capacidad de la que Dios nos proveyó, evaluamos nuestro mundo, que por supuesto, incluye nuestro ser y las personas que se encuentran en el entorno. Tomamos consciencia de que están ahí y que nosotros formamos parte de todo ese panorama. Lo hacemos de la forma como pensamos –actividad neurológica del cerebro–, y la forma como actuamos.

Con nuestra mente consciente evaluamos todo, incluso, nos atrevemos a realizar juicios morales partiendo de los principios y valores que nos hayan inculcado y aquellos que hayamos aprendido a lo largo de la existencia. De hecho, nuestro crecimiento espiritual depende en gran medida de cómo percibimos y evaluamos el mundo alrededor.

2.- La mente ______________.

Todos los seres humanos hemos sido programados para creer en la felicidad, en el gozo, en el valor y, en general, en todas las cosas buenas de la vida. Como hemos visto, todo lo que anhelamos para dar gusto a nuestro ser y vivir sin problemas, no depende de Dios. Son cosas que buscamos en nuestras fuerzas y que, generalmente, no alcanzamos.

Eso es lo que concebimos en la mente inconsciente. Creemos que se puede alcanzar la realización plena alejados de Dios. Es lo que nos conduce a las frustraciones. No obstante, satanás nos sigue alimentando ideas de que sí puede ser así. Basta leer el capítulo 3 del libro del Génesis para comprobarlo.

Esas falsas suposiciones se alojan en nuestra mente inconsciente. Generalmente no nos damos cuenta del error.

Sobre esa base, la tarea que tiene delante el Consejero consiste en llevar al evaluado a revisar sus concepciones erróneas y corregirlas. Por ejemplo, que la relación matrimonial o con los hijos, no debe enfrentar conflictos o que solamente la posesión de recursos materiales nos traerá la felicidad. Si no se consiguen lo uno o lo otro, el individuo se sentirá fracasado. Y los vacíos internos seguirán creciendo.

CAMBIAR SÍ ES POSIBLE

Sobre la base de lo que hemos expuesto brevemente, todos los seres humanos nos movemos a partir de principios aprendidos y que evaluamos como válidos. Allí está la razón por la cual para muchas personas resulta complejo cambiar sus patrones de comportamiento. Sencillamente piensan que así es como han actuado durante mucho tiempo, y así deberá seguir siendo.

No obstante, cuando a través de un proceso de consejería se les lleva a mirar en qué estado se encuentran y los nuevos principios de vida que es importante asumir, a partir de lo que enseña la Biblia, la forma de concebir el mundo alrededor y la forma como debemos actuar, cambia (Cf. Romanos 12. 1, 2)

El salmista escribió hace siglos:

He aquí, en maldad he sido formado, y en pecado me concibió mi madre. Purifícame con hisopo, y seré limpio; lávame, y seré más blanco que la nieve. Hazme oír gozo y alegría, y se recrearán los huesos que has abatido. Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí.» (Salmo 51: 5, 7, 8, 10 | RV 60)

Puede que en nuestro ser ejerza una poderosa influencia la mente consciente y la inconsciente, pero si permitimos que Dios obre en nosotros, nuestros patrones de comportamiento serán renovados.


RESPUESTAS A LA LECCIÓN Nro. 2


A continuación, encontrará las palabras o frases que requiere para llenar los espacios en blanco que aparecen en la Lección de hoy:

Componentes de la personalidad

1.- Temperamento

2.- Carácter

La personalidad en la Consejería

1.- Mente

2.- Inconsciente


© Fernando Alexis Jiménez – Entrenador del Instituto Bíblico Ministerial – Misión Edificando Familias Sólidas (Colombia)


 

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