Las Misiones y el Reino de Dios (Lección 3)

misiones

A través la dispersión de Israel a las naciones, proceso que se prolongó por más de 2500 años, el Señor cumplió su propósito eterno de que se constituyeran en bendición para otras naciones. Pudo ser de otra manera, pero la renuencia y rebeldía de atender esa misión, le llevó a que acudiera a sus medios divinos.

La meta misionera de presentar las Buenas Nuevas de un Dios de poder y de salvación, se cumplió ya que los israelitas fueron hasta los últimos rincones del mundo de entonces.

Donde quiera que iban, conservaban  su identidad. La misericordia del Altísimo los llevó a experimentar crecimiento y prosperidad.

El apóstol Pablo, en el Nuevo Testamento, fue quien entendió a cabalidad su llamamiento misionero a los gentiles. No lo consideró una pesada carga sino una oportunidad.

Lea el Salmo 67:1-7. ¿Qué relación cree que tiene el pasaje con las misiones? Por favor, explíquelo a continuación:

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El propósito de traer salvación al género humano, ha permanecido inamovible por los siglos. Demuestra el amor del Padre quien siempre brinda nuevas oportunidades a quienes se arrepienten. Lo hace utilizando los que, en sus manos, son instrumentos valiosos: los misioneros. Quizá ese es su llamado y debe asumirlo. Bien en las misiones urbanas, nacionales o transnacionales.

EL REINO DE DIOS ENTRE NOSOTROS

Cuando el Señor Jesucristo vino a morar entre nosotros, desarrollando su ministerio terrenal, expresó todo el amor de Dios hacia nosotros para traernos perdón, salvación y vida eterna.

El profeta Malaquías lo anunció en los siguientes términos:

He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí; y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los ejércitos.»(Malaquías 3:1 | RV 60)

Estaba anticipando la venida del Señor Jesucristo y el establecimiento del Reino de Dios. El error de los judíos es que jamás entendieron, al menos en ese momento, la naturaleza del Reino.

  • Los judíos esperaban un _____________________.
  • Cristo Jesús inició un

Su ministerio terrenal desencadenó descontento y animadversión entre los judíos y, mucho más, cuando los llamó abiertamente a asumir una nueva actitud y hábitos de vida.

Le animamos a leer Mateo 4:17 y compartirnos sus apreciaciones:

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Ser parte del Reino de Dios demanda de quien lo acepta y, más aún, de quienes lo proclaman, en este caso los misioneros,  dos elementos fundamentales:

1.- _____________________  (Mateo 4:17)

2.- _____________________ (Juan 3:3, 5)

No podemos dejar de insistir en una realidad: El Señor Jesucristo predicó la llegada del Reino de Dios, pero los judíos no lo aceptaron.

EL REINO DE DIOS DEBE SER PREDICADO

El Reino de Dios debe ser proclamado. No hay tiempo que perder. Las almas no pueden perderse por la eternidad como consecuencia de nuestra indiferencia.

El autor cristiano, Norm Lewis, en su libro “Prioridad uno”, llama la atención sobre lo siguiente:

Dos mil millones de personas no se han alcanzado aún y aguardan un futuro sin esperanza. Meditar en esa verdad es preocupante. Quisiéramos que no fuera así. Pero la Biblia declara que todo ser humano está separado de Dios (Juan 3:18, 36). Dios no le debe la salvación a nadie. La ofrece libremente, por gracia, a través de Su Hijo. No hay otro camino (Hechos 4:12). Todos aquellos que no han sido salvos a través de Cristo enfrentan un futuro sin esperanza. Seguramente todo cristiano debe meditar en esta verdad. ¡Piénselo! La mitad de la humanidad va hacia la separación eterna de Dios sin siquiera saber que Cristo vino para reabrir el camino hacia Dios. ¿Quién tiene la culpa de que no lo sepan? ¿Quién carga con esa responsabilidad?¿Deberá hacerlo Dios?” (Pg. 15)

Esa tarea la asumieron los creyentes del primer siglo. Fueron conscientes de que no podían dar largas al asunto. Además, tenían la promesa del Señor Jesús:

«…pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.»(Hechos 1:8| RV 60)

Las circunstancias se dieron. Un ejemplo, lo encontramos con la muerte de Esteban a manos de los judíos. En la Palabra leemos:

Y Saulo consentía en su muerte. En aquel día hubo una gran persecución contra la iglesia que estaba en Jerusalén; y todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria, salvo los apóstoles… Pero los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio.»(Hechos 8:1, 4| RV 60)

Es oportuno que, con la mano en el corazón, examinemos cuál ha sido nuestra respuesta al llamado misionero de extender el Reino de Dios.

Ahora, preguntémonos: Si se extiende el Reino, ¿qué ocurrirá? Encontrará la respuesta en los Salmos 103:19 y 145:13. Compártanos su respuesta:

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Cuando se extiende el Gobierno de nuestro amado Padre y Hacedor, como leemos en Daniel 2:37, se manifiestan:

  • ______________
  • ______________
  • ______________
  • ______________

El Señor tiene pleno dominio sobre el cielo y la tierra. Quien recibe el llamamiento misionero, debe tener claridad sobre la responsabilidad que pesa sobre sus hombros. No estamos solos. Dios—quien nos llama—nos brinda su amoroso respaldo a través del Espíritu Santo. No podemos perder de vista esa realidad jamás.

UNA TAREA LIGADA A COMPROMISO, SUFRIMIENTO Y PERSEVERANCIA

Una lectura cuidadosa del Nuevo Testamento y de la historia misionera más reciente parece indicar que el sufrimiento de tipo inusual ha acompañado los avances más audaces del evangelio.  Esto no se desliga, por supuesto, del compromiso y perseverancia que ha identificado a quienes desarrollan la tarea misionera. Extender el Reino de Dios hasta los últimos rincones de la tierra no ha sido fácil y, de hecho, no lo será.

Pocos misioneros, sino ninguno, podrá decir que ha ejercido su labor sin una cuota de sacrificio.

Entre los primeros creyentes fue algo latente. En su oración a Dios, después de haber estado encarcelados y sufrir el escarnio, los primeros cristianos encabezados por Pedro y Juan oraron a Dios:

Porque verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, a quien ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel, para hacer cuanto tu mano y tu consejo habían antes determinado que sucediera.”(Hechos 4:27-28| RV 60)

Rindieron sus vidas y ministerios a la voluntad de Dios. Es algo que debemos aprender y aplicar también hoy.

¿Cuál era la apreciación del apóstol Pablo en torno a los sufrimientos por el desarrollo de la tarea misionera? Lea 1 Tesalonicenses 3:3, 4:

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Probablemente nos preguntemos, ¿hay un propósito en el sufrimiento? Hay cuatro razones que vale la pena considerar:

  • Profundizar nuestra fe y hacernos crecer en santidad (2 Corintios 1:8-9).
  • Darnos un mayor gozo en nuestra recompensa y en la gloria de Cristo (2 Corintios 4:17-18).
  • Despertar a otros cristianos y hacerlos más valientes (Filipenses 1:14).
  • El sufrimiento lleva a los cristianos a los lugares a los que él quiere que vayan (Hechos 8:1, Hechos 11:19).

El Señor Jesús advirtió:

Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo.”(Mateo 13:44-46| RV 60)

El valor de un tesoro escondido se mide por lo que venderá para ganarlo. El valor de una perla se mide por lo que venderá para comprarla. El valor del reino de Dios se pone de manifiesto, no por lo agradecido que estamos de obtener las cosas que queremos en esta vida, sino por lo que con mucho gusto perderemos en el curso de nuestra dedicación al reino.

También el apóstol Pablo escribió un pasaje de gran significación que trae consuelo a nuestras vidas cuando, por desarrollar la obra de Dios, enfrentamos serias dificultades:

Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.” (2 Corintios 12:9-10; Cf. 2 Corintios 12:9-10)

Aun cuando haya momentos críticos, los creyentes que han escuchado la voz de Dios para comprometerse en la tarea misionera, deben permanecer firmes. Habrá momentos en que querrán tirar la toalla. Es apenas previsible. Sin embargo, la clave está en permanecer firmes, prendidos de la mano del Señor Jesucristo.


RESPUESTAS A LA LECCIÓN Nro. 3


A continuación, encontrará las palabras o frases que requiere para llenar los espacios en blanco que aparecen en la Lección de hoy:

El Reino de Dios entre nosotros

1.- Reino físico

2.- Reino espiritual

1.- Arrepentimiento

2.- Nacer de nuevo

– Reino

– Poder

– Fuerza

– Majestad


© Fernando Alexis Jiménez – Entrenador del Instituto Bíblico Ministerial de la Misión Edificando Familias Sólidas (Colombia)


 

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