Partamos de una base: la sociedad espera un comportamiento de rectitud profunda por parte de quien sirve a Dios. Esta en juego la credibilidad de lo que dicen y enseñan. De paso, también la denominación a la que están vinculados. Su influencia es enorme en el tejido social donde se encuentran ubicados. Como tal, deben estar a la altura de las circunstancias.
Mirémoslo desde una perspectiva práctica: hay una responsabilidad social y, por supuesto, con Dios.
En ese orden de ideas, el compromiso es grande en el plano ético y como modelo de conducta cristiana.
De hecho, el apóstol Pablo escribió a los creyentes de Corinto:
“Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo.” (1 Corintios 11: 1 | RV 60)
El estándar planteado por el apóstol era muy alto, hasta tal punto de ponerse asimismo como ejemplo. ¿Podríamos nosotros plantear lo mismo?
En el caso de la ética ministerial, el teólogo Roberto Noriega, plantea los principios éticos en el desenvolvimiento:
…busca determinar las exigencias éticas irrenunciables por parte de los profesionales, y exigibles por parte de quienes solicitan sus servicios… es la propia persona la que asume dichas exigencias, aunque vengan determinadas por el grupo profesional al que se pertenece.”
SIERVO DE DIOS, CIUDADANO DEL MUNDO
Quien sirve a Dios no se separa del mundo. Una cosa es que no viva conforme a los rudimentos de la sociedad que habita, y otra bien distinta que se aísle adrede del tejo social sobre el cual está llamando a ejercer influencia.
Cuando se trabaja en la extensión del Reino de Dios, cualquiera sea el ministerio, debe haber una estrecha coherencia entre lo que se predica y lo que se vivencia. Esa amalgama es la que permite impactar el entorno en donde se ejerce eclesialmente.
La ética se interioriza y aplica en dos niveles:
a.- ____________________
b.- ____________________
Surge ahora el interrogante: ¿Por qué ha resultado difícil la aplicación de la ética en el desenvolvimiento ministerial? Encontrar una respuesta se orienta en tres direcciones:
1.- El ____________________. Ligado con el ateísmo, ha sembrado semillas de duda o incertidumbre entre quienes han optado por servir en el Reino de Dios. Son como las espinas y los abrojos que crecen en medio de la semilla e impiden su apropiado desarrollo. Para entenderlo, le animamos a leer el pasaje de Mateo 13: 1-23.
2.- El ____________________. Circunscribe al servidor de Dios a moverse en la dimensión de apreciaciones personales antes que a criterios evangélicos.
3.- El ____________________ moral. Cuando nos adaptamos a las circunstancias, en nuestra condición de hombres o mujeres al servicio a Dios, terminamos siendo laxos con la pecaminosidad y, en algunos casos, justificándola.
¿Un ejemplo? Cuando categorizamos de manera arbitraria y acomodada los pecados graves diferenciándolos de los que consideramos pecados leves. Dejamos de lado una realidad: pecado es pecado.
OBRAR APROPIADAMENTE
Cuando un ministro de Dios asume la ética en su desempeño, está en capacidad de responder a los siguientes interrogantes:
- ¿Estoy obrando bien?
- ¿Qué debo mejorar cada día para hacer las cosas bien?
Estos dos cuestionamientos ayudan a moldear nuestra ____________________ y ____________________ ministerial.
Una persona que es consciente de su llamado, de su elección, de sus responsabilidades y deberes, y tiene claro que todo esto es fundamental para servir en el Reino de Dios, los cumple a cabalidad. Esa es su esencia.
Cuando la fundamentación en los evangelios anima a un servidor de Cristo, dicha fundamentación se verá reflejada en la forma de ejercer el ministerio y, por ende, en el grado de influencia que se alcanza.
RESPUESTAS A LA LECCIÓN 2:
A continuación, encontrará las palabras o frases que requiere para llenar los espacios en blanco que aparecen en la Lección de hoy:
a.- Personal
b.- Grupal
1.- Secularismo
2.- Subjetivismo
3.- Relativismo
OBRAR APROPIADAMENTE
Identidad, Carácter
(C) Instituto Bíblico Ministerial de la Misión Edificando Familias Sólidas (Colombia)
