Un alto en el camino para evaluar sus emociones (Lección 8)

Grupos Familiares

Hemos dicho que la inteligencia emocional y, en el caso del liderazgo cristiano, está ligada a una adecuada gestión de nuestras emociones. Ahora, la falta de control emocional podría definirse como la ausencia de capacidad consciente de regular los impulsos de manera voluntaria y adaptativa, con el objetivo de alcanzar un mayor equilibrio personal y relacional.

El apóstol Pedro abordó el asunto en los siguientes términos:

«Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros…» (1 Pedro 5:6-7 | RV 60)

Nuestro amado Dios y Salvador Jesucristo fue específico cuando instruyó:

“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.” (Mateo 11: 28-30 | RV 60)

Y alrededor del control de nuestras emociones por parte del Espíritu de Dios, el apóstol Pablo escribió:

«En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. No hay ley que condene estas cosas.» (Gálatas 5:22-23)

Si nos movemos alrededor de la Palabra de Dios, en nuestra condición de creyentes, partimos del presupuesto que sí es posible afianzarnos en la inteligencia emocional cualquiera sea la situación que enfrentemos.

SE ENCIENDEN LAS SEÑALES DE ALARMA

Infinidad de cristianos se enfrentan a dificultades para controlar sus emociones. Si aún no sabe gestionarlas, usted no es el único. Ahora, ¿cómo identificamos que se encienden las señales de alarma? Aquí tenemos unas breves alusiones:

    • Fácil descontrol cuanto perdemos el control de las circunstancias.
    • Asumir con frecuencia una actitud defensiva.
    • Enfado y depresión ante situaciones de estrés.
    • Fijación y mantener la atención en algo concreto durante tiempo prolongado.
    • Impaciencia
    • Dificultades para resistir a la tentación.
    • Se siente presionado a reaccionar inmediatamente, sin pensar.
    • Falta de control de la ira.
    • Falta de autocontrol emocional en general.
    • Adicciones.
    • Ludopatía.
    • Cleptomanía.
    • Compras compulsivas.
    • Tics nerviosos.
    • Postergar los compromisos, aunque sean urgentes.

Estos son solamente algunos de los elementos que hacen pensar, se perdió el dominio de las emociones y urge iniciar el camino para su pleno control.

LAS CONSECUENCIAS DE NO GESTIONAR LAS EMOCIONES

Una falta de gestión de las emociones, a partir de una inteligencia emocional que tenga como eje central a Dios y lo que nos enseña en su Palabra, trae como consecuencia:

Depresión. La sensación de desesperación y cansancio emocional.

Ansiedad. Alteración interna.

Resentimiento. Acumulación de mucho resentimiento hacia nuestro entorno.

Miedos exagerados. La persona ve todo como una amenaza, tiene una imagen del futuro negativo hacia cualquier situación o persona por miedo a no poder controlar sus emociones.

Sentimiento de culpa. Puede llegar a sentirse culpable por cualquier error, o pensar que ha sido responsable de situaciones en las que no tiene ninguna participación.

Perfeccionismo. Cuando alguien trata de ser perfecto, trata de prevenir los problemas y los errores.

Autocrítica exagerada por no tener el control de sus experiencias y comportamientos.

¿CÓMO EMPEZAR A APROPIARNOS DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL?

Hemos coincidido hasta aquí en que no podemos ni deberíamos satanizar la inteligencia emocional. Hay fundamentación bíblica. No es algo nuevo que hayan descubierto. Desde hace muchos siglos, nuestro amado Dios nos venía hablando de sus bases.

Quien enfrenta la ausencia de autocontrol emocional, íntimamente es consciente de que su comportamiento emocional es inapropiado, pero –por engaños del adversario espiritual, Satanás–cree que no es capaz de tomar control. Tremendo engaño. Cuando la alteración emocional se incrementa, es importante que la persona haga acopio de herramientas que aprendemos en la Biblia y, de la mano con este paso, adquiera habilidades para reducir la ansiedad y controlar sus emociones.

Recuerde que la capacidad de autocontrol es fundamental para promover y mantener buenas relaciones y es una de las competencias que más se valoran en los entornos sociales y en las empresas.

Un paso de avanzada consiste en aprender a identificar nuestros sentimientos y emociones. No reaccionar de inmediato. Tomarnos el tiempo necesario para procesar la información.

Cuando se sienta bajo presión, que usted sabe, puede llevarlo a reaccionar:

  • Aprender a decir «no» (asertividad)
  • Mantenga una actitud positiva que conduzca a un mayor control sobre sí mismo y su estado de ánimo.
  • Evite complacer a todo el mundo.
  • No desestime la comunicación de sus pensamientos y sentimientos cuando lo considere oportuno. Que su interlocutor sea cómo se siente usted.
  • Respire profundo antes de reaccionar. Oxigenar el cerebro ayuda a pensar mejor.

Hay tres recomendaciones que son valiosas y que sabemos, en su condición de cristiano, sabrá atesorar en su corazón:

Piense en las cosas buenas que ha logrado y valore sus capacidades: aumentar su autoestima incrementa la capacidad de autocontrol emocional.

Equilibre su razón y sus emociones: equilibre sus emociones con la razón. Cuando vamos a tomar una decisión nuestros patrones mentales tienden a llevarnos por un camino emocional más que racional y lógico. Esto nos ayudará a mantener el control emocional en todas las situaciones.

Tenga paciencia con usted mismo. Conseguir un autocontrol emocional real requiere un proceso que puede ser largo. Empieza con cambios pequeños y con un entrenamiento diario guiado por un psicólogo especialista.

NO RECHACE SUS EMOCIONES, SOMÉTALAS A DIOS

Las emociones fueron dadas por Dios. Tienen un propósito, cuando canalizamos toda la energía que se deriva de ellas. Pretender someterlas o subliminarlas en nuestras fuerzas, nos llevará al fracaso y a la derrota.

Dios nos creó a Su imagen, y las emociones de Dios se revelan en las escrituras; por lo tanto, Dios nos creó seres emocionales.

Sentimos amor, gozo, felicidad, culpa, ira, decepción, miedo, entre otras. A veces, nuestras emociones son vivencias agradables, y a veces no. A veces, nuestras emociones están fundadas en la verdad, y a veces son «falsas» ya que se basan en premisas erróneas.

No nos cansaremos de enfatizar que la clave es someter nuestras emociones descontroladas en manos del Señor y Creador nuestro. Una graficación del asunto podríamos enfocarla cuando nos sentimos enojados. Es importante ser capaz de parar, identificar que estamos enojados, examinar nuestros corazones para determinar por qué estamos enfadados y, luego, proceder de una manera bíblica.

Recuerde que las emociones que están fuera de control, no suelen producir resultados que honren a Dios:

«Porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios» (Santiago 1:20).

Una de sus temas, en adelante y en oración, es entregar cada día sus emociones al Padre celestial. Pídale que le ayude en el proceso de alcanzar dominio propio y que esas emociones, puedan ser aplicadas apropiadamente—que es otra forma de decir gestionarlas—en su liderazgo familiar y en el espacio en donde se desenvuelva.

Tenga la plena certeza de que podrá lograrlo, en consonancia con lo que nos enseña el apóstol Pablo:

«Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.» (Filipenses 4: 13 | RV 60)

PREGUNTAS PARA REFORZAR LOS CONOCIMIENTOS

Hacer un alto en el camino y evaluarnos, además de retroalimentarnos, permite que afiancemos los conocimientos. Le animamos a responder los siguientes interrogantes:

De acuerdo con 1 Pedro 5: 6, 7, ¿quién nos ayuda en el proceso de controlar nuestras emisiones?

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¿Qué instruyó nuestro amado Salvador Jesucristo en Mateo 11: 28-30, que está ligado al control de nuestras emisiones?

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En materia emocional, ¿qué produce el Espíritu Santo en nosotros de acuerdo con Gálatas 5: 22, 23?

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¿Podría mencionar algunas de las reacciones que ha identificado en su vida como consecuencia de no gestionar apropiadamente sus emociones?

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¿Cómo ha enfrentado hasta el momento la carencia de una inteligencia emocional bíblicamente fundamentada en su vida?

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Fernando Alexis Jiménez | Instrucción – Instituto Bíblico Ministerial


 

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