Infinidad de personas han leído libros y, aún, han visto películas acerca de Jesús. Sin embargo, no lo conocen y todavía no tienen una relación personal con Él. Hoy es el día para comenzar de nuevo, por la gracia de Dios.
¿Alguna vez escuchó o tuvo contacto con cristianos comprometidos con Dios? Su compromiso se puede apreciar a simple vista. En sus actitudes, reacciones, palabras, en fin. Hay algo diferente en ellos.
El asunto radica en la relación con nuestro Salvador. No basta saber acerca de Cristo, es necesario conocer a Cristo.
Permítanos ilustrar el asunto con el siguiente relato:
“Se acercaba la fiesta de los panes sin levadura, que se llama la pascua. Los principales sacerdotes y los escribas buscaban la manera de matar a Jesús, pero le tenían miedo al pueblo. Entonces Satanás entró en Judas, uno de los doce, al que llamaban Iscariote, y éste fue a hablar con los principales sacerdotes y con los jefes de la guardia, para acordar con ellos cómo les entregaría a Jesús. Ellos se alegraron, y acordaron darle dinero. Judas aceptó y comenzó a buscar el mejor momento de entregarles a Jesús sin que el pueblo lo supiera.” (Lucas 22:1-6 | RVC)
Judas caminó con el Señor Jesús tres años. Vio los milagros. Fue testigo ocular de sanidades y liberaciones. Presenció a las multitudes detrás del Maestro. En otras palabras, sabía de Jesús, pero no conocía a Jesús. Por eso vendió al Salvador por 30 monedas de plata.
Probablemente ocurre lo mismo con usted. Asiste a un grupo bíblico o asiste a una iglesia local. Sin embargo, no conoce a Cristo. No tiene una relación con Él.
https://open.spotify.com/show/7vnneIFpfQh475Tw2qvmZD
Si Judas hubiese conocido al Redentor y no se circunscribiera a saber de Él, habría permanecido firme. Igual con nosotros. Sucumbimos ante las tentaciones cuando no caminamos, cada día, prendidos de la mano de Jesús.
Permítame citar al autor, Matthew Kelly, cuando escribe:
“Una de las cosas que me encantan de la fe en Dios, es que nuestro Padre es el Dios de las segundas oportunidades y de los nuevos comienzos. En la Biblia leemos historias de cómo Dios transforma a las personas y sus vidas. En cualquier momento que llego a un lugar en mi vida y en el cual las cosas no tienen sentido, siempre reflexiono en el hecho de que necesito descubrir más a Jesús. Jesús es el nuevo comienzo, siempre”
Hace algún tiempo escuche la historia de un ministro cristiano que predicaba de la Salvación a multitudes, pero no había desarrollado intimidad con el Salvador. Un drama, sin duda.
El día que escuchó a un sencillo predicador hablando de las Buenas Nuevas, se arrodilló, se arrepintió y entregó su corazón a Cristo.
Dios nos ofrece siempre una nueva oportunidad. La oportunidad de arrepentirnos, emprender una nueva vida y experimentar crecimiento permanente. No es por méritos, sino por gracia. Es la gracia divina la que nos perdona, por la obra redentora de Jesús, y nos abre las puertas para comenzar de nuevo. Ábrale hoy su corazón a Jesucristo.
© Fernando Alexis Jiménez | @Conexión365
