Nuestro amado Salvador y Señor Jesucristo cumplió una misión que solo Él podía desarrollar para librarnos de la condenación eterna. Esa era la condición inevitable por nuestros pecados. De nada habrían servido los sacrificios de animales, ni tampoco las buenas obras. La razón es sencilla: la inclinación de género humano es al pecado.
Lograrlo fue posible cuando en Él se conjugaban dos naturalezas: la divina y la humana.
No obstante, a través de la historia, se produjeron corrientes de herejía sobre las que, para concluir el proceso formativo, queremos hacer énfasis:
1.- Los ____________________ negaban la deidad de Cristo. El Concilio de Nicea determinó que Jesús era Dios.
2.- Los ____________________. Malinterpretaban a naturaleza humana de Cristo. El Concilio de Constantinopla determinó que Cristo era completamente hombre y perfecto.
3.- Los ____________________. Dividían a Cristo por sus dos naturalezas. El Concilio de Éfeso determinó que era Dios y hombre en una sola persona, sin separación.
4.- Los ____________________ fusionaban las dos naturalezas de Cristo en una persona. El Concilio de Éfeso determinó que era Dios-hombre en una persona, sin desagregar naturalezas.
Estas cuatro herejías, las más relevantes, han permanecido hasta nuestro tiempo con diferentes manifestaciones. Perviven en las expresiones religiosas que han tenido lugar y las que siguen surgiendo hoy.
Una de nuestras grandes responsabilidades se orienta a proclamar una doctrina sin mancha. En ese gran compromiso debemos enfocar los esfuerzos. Es la tarea que debemos asumir cada vez que el Señor Jesús nos permite enseñar a un grupo de personas.
El teólogo William Witaker (1548-1595 d.C.) anota:
Si Cristo no hubiera sido Dios-hombre sin confusión de naturalezas, su deidad hubiera trascendido a su humanidad al punto de perder la capacidad de sufrir, o su humanidad hubiera disminuido su deidad por debajo de su capacidad de ser meritoria, lo cual, de solo imaginarlo, es una blasfemia.”
¿DE QUÉ NOS LIBRÓ EL SEÑOR JESÚS?
Siendo Dios, el Señor Jesús se hizo hombre y nos libró de las grandes desgracias que pesan sobre toda la humanidad sin Cristo:
1.- La ____________________ por nuestros pecados.
2.- La ____________________ de la mente.
3.- La ____________________ del pecado.
4.- La ____________________ ante satanás.
De todo esto y más nos libró el Señor Jesucristo. Lo leemos claramente en las Escrituras:
… ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?» (Hebreos 9:14 | RV 60)
Gracias a Jesucristo como Sumo Sacerdote, obtuvimos:
- Expiación por nuestros pecados (Levítico 4:15-19)
- Intercesión delante de Dios (Levítico 16:15-17)
Es por este motivo que el autor nos anima:
… porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados.»(Hebreos 10:14| RV 60)
Y también:
Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.»(Hebreos 4:16 | RV 60)
Somos un pueblo destinado a ser salvo. Cristo ya hizo la obra y la recibimos por fe. Comprender ese principio sencillo, nos lleva a no dejar que pase un día sin que hayamos evangelizado a otras personas. Es un imperativo al que no podemos renunciar.
Nos alegra mucho haber compartido con ustedes este proceso formativo. Recuerden que siempre tenemos más. El propósito que nos anima es formar con excelencia a los hombres y mujeres que desean sumarse a la extensión del Reino de Dios.
Fernando Alexis Jiménez, Lic. Teol.
Director – Instituto Bíblico Ministerial
RESPUESTAS A LA LECCIÓN (Conclusión)
A continuación, encontrará las palabras o frases que requiere para llenar los espacios en blanco que aparecen en la Lección de hoy:
1.- Arrianos
2.- Apolinarianos
3.- Nestorianos
4.- Antiquianos
¿De qué nos libró el Señor Jesús?
1.- Culpa
2.- Ceguera
3.- Esclavitud
4.- Cautividad
© Fernando Alexis Jiménez – Entrenador del Instituto Bíblico Ministerial de la Misión Edificando Familias Sólidas.
