No renuncie a sus principios y valores

No renuncie a sus principios y valores

El asunto no es de conocimiento, sino de vivencia. Los valores bíblicos debemos interiorizarlos y llevarlos a la práctica en nuestra cotidianidad.

Diariamente estamos expuestos al peligro. Peligro de ceder nuestros principios y valores y dejarnos arrastrar por la sociedad que nos rodea. Una sociedad sin Dios y sin ley.

Diariamente recibimos influencias negativas, principalmente de personas cercanas.

Nos tientan con el desenfreno, la infidelidad, el alcohol, las drogas y mil comportamientos más que nos dañan y afectan a otras personas.

También nos bombardean con información contaminante a través de la radio, la prensa, la televisión y las redes sociales.

Ceder nos destruye, sobre todo, cuando es para la maldad.

El autor, Fred Hartley, escribió:

“Las concesiones salen muy caras. La decisión de consentir puede costarnos muy caro.”

Sin embargo, la tentación está ahí. Las consecuencias dependen de nuestras decisiones.

EL ANHELO DE EXPERIMENTAR CRECIMIENTO

Si deseamos crecer en nuestra relación con Dios, con la familia y, en general, con quienes nos rodean, es importante gravitar alrededor de principios y valores.

Si renunciamos a esta sólida fundamentación para recibir validación o aceptación o por el temor al “qué dirán”, emprenderemos el camino hacia atrás, en detrimento de nuestra espiritualidad y paz interior.

El apóstol Pablo les recordó a los creyentes de Éfeso que fueron rescatados de una mala manera de vivir, por la gracia de Dios y que no podían volver a ese punto de partida:

“A ustedes, él les dio vida cuando aún estaban muertos en sus delitos y pecados, los cuales en otro tiempo practicaron, pues vivían de acuerdo a la corriente de este mundo y en conformidad con el príncipe del poder del aire, que es el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia. Entre ellos todos nosotros también vivimos en otro tiempo. Seguíamos los deseos de nuestra naturaleza humana y hacíamos lo que nuestra naturaleza y nuestros pensamientos nos llevaban a hacer. Éramos por naturaleza objetos de ira, como los demás.” (Efesios 2:1-3 | RVC)

Pensaban y actuaban como consecuencia de una vida gobernada por antivalores.

Sin embargo, creían que actuaban bien:

“Hay caminos que el hombre considera buenos, pero que al final resultan caminos de muerte.” (Proverbios 16: 25 | RVC)

Por esa razón, revista importancia hacer un alto en el camino. Evaluarnos. Revisar en qué estamos fallando y a qué aspectos de nuestra vida debemos imprimirle cambios.

ES NECESARIO DECIDIRNOS

Cuando estamos atrapados en la mundanalidad, las consecuencias no se dejan esperar. Generalmente son negativas. Afectan nuestra vida personal y familiar. Sin embargo, hay quienes persisten en caminar por el mismo sendero, a pesar de los equívocos.

El Señor Jesús lo advirtió claramente:

“Nadie puede servir a dos amos, pues odiará a uno y amará al otro, o estimará a uno y menospreciará al otro. Ustedes no pueden servir a Dios y a las riquezas.” (Mateo 6: 24 | RVC. Cf. Mateo 15:7-9)

Si le consultamos a Dios, nos dirá en Su Palabra que anhela que seamos rescatados y emprendamos una nueva vida, de crecimiento (1 Tesalonicenses 4:1-3)

El asunto no es de conocimiento, sino de vivencia. Los valores bíblicos debemos interiorizarlos y llevarlos a la práctica en nuestra cotidianidad. Es lo que nos convierte en cristianos afirmados en cimientos inamovibles.

La decisión está en sus manos: o coquetea con el mundo o se vuelve a Cristo y, tomado de Su mano, emprende el viaje maravilloso de la transformación.


Fernando Alexis Jiménez sirve a Dios en la Misión Edificando Familias Sólidas. Transmite el Programa “Vida Familiar” y, desde el 2016, dirige el Instituto Bíblico Ministerial.

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