“Piensa en esto: ¿quién castiga al inocente? ¿Dónde has visto que el justo sufra algún daño?” (Job 4: 7 | RVC)
En medio de las situaciones críticas que enfrentamos, hay preguntas que nos asaltan:
¿Por qué a mí? ¿Por qué ahora? ¿Qué he hecho malo? ¿Por qué lo permite Dios si sabe que lo amo y vivo para servirle?
Quizá ha sido su situación. Pues bien, Dios no se goza con el mal que nos ocurre. Por el contrario, también sufre porque nos ama.
Muchos de los desiertos y de las crisis son consecuencia de nuestros errores del pasado o del presente. Es importante hacer un alto en el camino y evaluarnos.
Probablemente –y estoy seguro de que es así–, estamos a tiempo para corregir.
Recuerde que no podemos cambiar situaciones que están fuera de nuestras manos. Hay momentos en que nos toca asumirlas como, por ejemplo, la pérdida de un ser querido o una enfermedad.
Pero sí podemos cambiar el curso en aquello que sí podemos incidir, por ejemplo, nuestra reacción frente a la adversidad y aplicar los cambios necesarios para que las cosas mejoren.
Por encima de las circunstancias difíciles que enfrentemos, debemos tener la certeza de que Dios procura nuestro bien. Por esa razón, es en Él en quien debemos confiar. Desea ayudarnos en todo momento. No estamos solos.
Jamás podemos perder de vista que Dios es nuestro Padre y nos guiará en cada paso para salir del laberinto en el que nos encontremos.
Hoy es el día para cambiar nuestra actitud frente a las crisis. Y a propósito de cambio: ¿sabía que la Gracia de Dios está a su disposición? Es para todos.
Por gracia, Dios perdona todos nuestros pecados pasados y presentes. Jesús ya pagó en la cruz por nuestra maldad. Con su sangre, trajo perdón y vida eterna a quienes reconocen su pecado y se acogen a la gracia divina.
Reciba hoy a Jesucristo en su corazón.
Fernando Alexis Jiménez sirve a Dios en la Misión Edificando Familias Sólidas. Transmite el Programa “Vida Familiar” y, desde el 2016, dirige el Instituto Bíblico Ministerial.
