Todos estamos expuestos a las tentaciones. Llaman a la puerta cuando menos lo esperamos. El asunto no es que nos asalten las tentaciones, sino la forma de afrontarlas. En el momento más crítico de su existencia, horas antes de ser sacrificado, el Señor Jesús fue al Padre en oración. Y una de las recomendaciones que hizo a sus discípulos, es que oraran para no caer en tentación: «Y salió, como solía, al monte de los Olivos; y sus discípulos también le siguieron. Y cuando llegó a aquel lugar, les dijo:…
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